Capítulo 26. Ninguna mujer.

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Cuando Darío recibió la llamada de Magnum, él estaba en el restaurante esperándolo en la parte de abajo, cuando se metió en el automóvil vio salir al señor Dylan con los dos niños en brazos, esperó un poco más pero no vio a ninguna mujer acompañándolo, decidió mandarle un mensaje a Magnum.

—Dylan ha salido del restaurante solo con sus dos hijos, no venía con ninguna mujer—

—Síguelos, ella debe estar en ese automóvil—

—De acuerdo—

Unas horas más tarde, Darío le seguía el paso al automóvil de Dylan, mientras que el chofer de Dylan no se había dado cuenta de que lo estaban siguiendo.

Dentro del automóvil estaba un preocupado Dylan por las circunstancias del momento y debía tomar medidas extremas a esta gran situación, mientras estaba Amalia en sus brazos izquierdo dormida y Derek en los brazos de Isabel dormido.

—Cariño –le llamo Isabel viendo que estaba algo pensativo —¿Te pasa algo?

—Isabel, necesito que no te bajes del automóvil con nosotros por favor.

—¿Por qué no me puedo bajar? –preguntó ella algo desconcertada.

—Te acuerdas de que debía contarte algo que pasó en la fiesta referente a los niños y a Magnum.

—Sí.

—Bueno, lo que sucede es que ese día en el estudio Amalia me estaba buscando y cuando entró vio a Magnum, él la conoció y después conoció a Derek –mientras decía eso se frotó la frente con algo de preocupación —Hoy pasó lo mismo, esta vez Derek regañó a Amalia porque ella estaba con él, por eso te llamé para que salieras y me esperaras en el auto, ahora siento más que nunca que Magnum sospecha de los niños y de ti, tengo temor que él me arrebate a mi familia.

Isabel estaba perdida, asustada y realmente no sabía qué hacer, a su mente apareció algo pero que no lo compartió con Dylan —¡Oh! Ya los conoció, de verdad conoce al fruto de nuestro amor— Eso no puede ser Dylan ¿Cómo pasó esto? –preguntó ella con lágrimas por salir de sus ojos, por el miedo de tantas cosas, sobre todo por la culpa que la estaba carcomiendo en su corazón.

—Amor te prometo que nadie me va a arrebatar a los niños, por suerte yo los reconocí con mi apellido, además, mantengo toda tu información escondida, pero estaba pensando y si nos vamos de viaje por un par de meses hasta que Magnum se le olvide este asunto.

Isabel se mordió los labios, estaba dudando un poco, aunque tenía temor de la reacción de Magnum al enterarse de que esos niños son sus hijos, pero al final son los hijos de ellos dos y huir no era la solución, estaba dudando mucho en su corazón—Creo que sería bueno cambiar un poco de ambiente –dijo Isabel apretando sus manos en su regazo.

—Mi amor todo estará bien, no permitiré que él te haga daño a ti o nuestros hijos, te lo juro Isabel.

Derek escuchaba con atención las palabras de Dylan, mientras se hacía el dormido en los brazos de su madre, una pequeña lágrima bajaba por su mejilla, con los ojos cerrados pensaba —Sería bueno irnos para que mamá estuviera a salvo, pero no quiero alejarme de papá, no quiero dejarlo ahora que lo encontramos, ahora que lo conozco, entre tanto, no estoy seguro de que Dylan sea tan bueno del todo, debo averiguar ¿Qué escondes Dylan Durian? —

—Isabel, no puedo separarme de ustedes, yo estoy enamorado de ti y de estos dos niños, no puedo permitir que le hagan daño a mi familia, no lo puedo permitir, nunca he protegido nada en mi vida, inclusive mi propia vida me parecía aburrida y sin sentido hasta que apareciste en ese hospital, después llegó Amalia y sus tiernos brazos me hicieron la persona más feliz y entendí el amor tan grande que siempre me daba mi madre, después al ver a Derek supe que él me necesitaba, no solo un padre sino un amigo, alguien en quien poder confiar.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora