Capítulo 41. ¡Esta Despierto!

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La familia de tres, no se quedó por mucho tiempo, por miedo a introducir alguna bacteria que pusiera en riesgo la vida de Magnum, así que los tres abandonaron el hospital dejando a su padre y esposo en la UCI.

Teodoro hizo lo que su jefa le ordenó, el abuelo de Dylan al enterarse de todo lo que su nieto había provocado le dio un ataque al corazón y casi se muere, con los días trasladaron a Dylan una vez que se recuperó, lo incorporaron a una de las prisiones de alto sistema en Alemania.

Darío organizó una reunión con la prensa y diferentes medios de comunicación, para dejar claro las reglas basadas con el Corporativo Dragon

Isabel entró a la sala con su enorme panza de embarazada, llevaba puesto un vestido en color azul marino a juego con su cabello, la hacía ver tierna, pero sus ojos avellanas estaban llenos de frialdad.

—Buenos días a todos los presentes, les agradezco en nombre de Corporativo Dragon que estén aquí, mi nombre es Isabel Victoria Donovan De Dragon, esposa de Magnum Di Angelo Dragon, dueña del corporativo y todas las empresas que mi esposo tiene dentro y fuera del país, mientras mi esposo se recupere de las lesiones del accidente que sufrió por culpa de la familia Durian, estaré a cargo, mientras tengan alguna duda podré responderles con brevedad.

Todos en la sala murmuraban y se sorprendían porque se decía que Magnum se casaría con Paola Shers. Uno de los grandes ejecutivos de la empresa preguntó —Señora Isabel ¿Cómo podemos estar seguro de que es usted la esposa del Director Dragon? Las noticias decían que la señorita Paola Shers era la prometida.

Isabel miró al hombre que hizo la pregunta y en todo momento sus ojos reflejaban empoderamiento, giró su rostro hacia Teo —Por favor, Teo, entrégale al caballero –dejó de hablar y su sonrisa encantadora dejó a todos atónitos, no solo por el encantó de la mujer, sino que esa sonrisa estaba llena de frialdad y a la vez astucia —Sabes Teo, mejor publica un video con toda la información requerida.

—Sí.

En la pantalla se mostraba el acta de matrimonio de Isabel y Magnum desde hace ocho años, la sala quedó conmocionada, no sabían qué más decirle, pasaron los papeles legales de la única dueña y heredera de todo, que era ella.

—Si no tienen más preguntas, podemos dar por terminada esta reunión.

Teodoro cuidó mucho a Isabel durante ese tiempo, sobre todo por su embarazo, los dos se dispusieron a salir de la sala, subieron al ascensor hasta llegar a los estacionamientos, después ambos se subieron al automóvil, en todo momento Teodoro se sentía afligido en su corazón —Isabel –la llamó Teodoro haciendo que ella fijara sus ojos en él dulcemente —Te veo muy agotada, porqué no duermes un poco mientras yo conduzco hasta la casa.

—Gracias Teo por volver a estar a mi lado, puedes hacerme otro favor

—El que sea.

—Podrías traer a mis padres de regreso, me queda poco tiempo de embarazo y no quiero volver a estar sin ellos.

—Sí, mañana mismo programo el vuelo para buscarlos.

Isabel le dio una sonrisa amable a Teodoro, hoy Raquel se estaba quedando con los niños, ya no podía andar con ella porque tenía un mes de embarazo, así que era mejor que se mantuviera en casa con los niños.

Ya habían pasado un mes y medio más, Isabel seguía trabajando arduamente en la empresa, ya su embarazo estaba en el octavo mes, casi en la recta final, sus pies estaban más hinchados que nunca, descubrió que era una niña más en camino, solo tenía la esperanza de que su esposo despertara antes de que ella diera a luz.

Todos los días iba al hospital hablar con Magnum, sus heridas sanaron con gran rapidez, todavía no había despertado, pero ella no perdía la esperanza de que lo hiciera, estaba en la oficina firmando unas documentaciones que le había traído Darío, los hermanos se turnaban de un día a otro, a veces estaba Teodoro y otras Darío, Raquel ya tenía tres meses de embarazo, estaban muy felices los dos por su primer hijo en camino.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora