Capitulo 23.

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Bela:

–¿Como están chicas?–entro a la sala de reuniones del prostíbulo que tiene Ronan en New York y todas me miraban atentas.

Tenía mucho sin venir por aquí ya que mi plan había perdido sentido, sin contar  que apenas tenía tiempo tratando con Alexander. Cada día nos entendíamos más y aunque aún no hemos intimado, ya no me importaba tanto con tal de tener el calor de su cuerpo cada vez que nos acurrucábamos.

–Mi chichita como te he extraño–Gala se acerca hasta mi con un abrazo cálido.

–Yo también a ti, disculpa por perderme tanto.

–Disculpas aceptadas–se separa un poco de mi y me toma del rostro–estás guapísima.

–Tu igual.

Y era cierto, siempre tenía un estilo diferente en el cabello ya sea por el color o por el corte; ahora mismo tenía el cabello negro bien corto y se veía hermosa.

–Vamos con las demás–me tomo de la mano y todas comenzaron a saludarme con precaución.

No era por nada, pero todas sabían que yo era de cuidado dentro y fuera; Y en cierto punto me alegro de saber lo que les provoco.

Me quedo hablando un rato con ellas al igual que Roxana que esta cada día más cansada, lo podía ver en su mirada.

Este trabajo no era fácil y más tener la responsabilidad del  cuidado de el local las veinticuatro horas del día.

—¡chicas!–entró Adela con euforia –¿adivinen quien está aquí?.

–Ay Dios bendito–saltó otra–¿no me digas que?...

–Oh si –asintió Adela.

La verdad todo se me hacía muy cómico, pero estaba confundida al no saber a quien se referían.

–¿Sabes quien es?–le pregunto a Gala.

–Tengo una idea–suspiró.

–Pero cuenta niña que me estoy poniendo ansiosa.

–Deja que lo diga Adela.

Me callé un segundo viendo la actitud de Gala ante la situación.

¿Que estaba pasando aquí.

¿Por que todas estaban emocionadas menos ella?.

Sabía que en este trabajo habían hombres que eran para comérselos.

No iba a mentir.

Pero, no entendía como después de tantos años seguían comportándose así.

¿Yo me ponía igual también?>pensé un segundo.

Y creo que la respuesta era clara: Nunca .

Siempre supe que gustarme alguien era un peligro para mis planes aun sea en el ámbito sexual, Y aunque ahora he roto las reglas, no quiere decir que en algún momento no seguiré con lo mío.

–¡Es Dixon!–gritó Adela dejándome casi sorda.

¿Espera que?.

–¿El alborotó era por ese tipo?.

–Todos creen que el es un Dios aquí, pero de Dios no tiene nada.

–Bueno te noto tensa–me reí–Dixon no es de mi devoción, pero es un hombre que se pasa de guapo y no lo puedes negar.

–No es para tanto–vuelve a decir Gala.

–El tipo es el jefe de la mafia negra Gala, creo que si es para tanto. Además sin contar que es un privilegio tocarlo.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora