Capitulo 42

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Bela:

Tres hombres muertos dentro de la casa y todo se escuchaba en silencio. No sabía dónde estaba mi hermano en estos momentos y tampoco me interesaba.

Tuve que matar al poco personal que había aquí para poder avanzar con cosas que me estaban estancando la existencia.

Esta casa era enorme para una sola persona, pero viniendo del avaricioso y bipolar de mi hermano no me extrañaba.

–Roger dice que su hermano fue localizado a las afuera de Chicago, el lugar donde se encuentra está prácticamente desierto excepto por una pequeña cabaña cerca–Saúl se acerca hasta mi dándome la notica.

–Iremos para allá a acabar con ese bastardo, pero primero quiero desmantelar algunas cosas, ven conmigo–me sigue y entre el y otro nos adentramos a la gran biblioteca.

Busco papeles que me den respuestas, pero pase horas y no las encontraba. A Decir verdad no sabía que era lo que necesitaba, sólo sabía que tenía que buscar algo.

Era una corazonada que no me dejaba dormir. No me iba a rendir, no podía hacerlo; Aunque sentía mis ojos cerrarse del cansancio no iba a dar marcha atrás.

Abro otro cajón más pero este se resiste.

Esta cerrado con llave.

Desato mi cabello dejándolo completamente suelto y tomo la pinza que tengo. Forcejeo un poco con la cerradura pequeña hasta que esta al fin abre.

No se que rayos buscaba, pero no podía quitarme este peso en el pecho.

Termino de abrir el Cajon con mucha más fuerza y papales con hoja de color negra con roja hace presencia.

Saco una gran cantidad y comienzo a leerla por encima, y sin saber por que sabía que esto era lo que buscaba.

Desfalco y un una lista de personas importantes estaban aquí. Mentiría si dijera que no entendía por que les robaba a las personas de esta manera, pero es lógico que un bipolar y un maniaco con sangre Romano nunca iba a cambiar o hacer cosas para bien.

Tú eres una Romano–me repito interiormente.–Pero no eres igual, siempre fuiste la oveja negra.

Pongo los papeles organizados en los folder y levanto mi vista hacia los muchachos.

–Lo tengo–les dije–aquí esta.

Sonríen felices y aliviados, y yo la verdad era que sabía que este infierno apenas y estaba comenzando. 

—Esta pared está hueca–anuncia Enrique de repente.

–Echaré un vistazo–dejo la montaña de papeles a un lado y me acerco a la chimenea.

–Es aqui–tocó el lugar y efectivamente sonaba hueco.

–Debe de a ver alguna entrada, mi familia era experta en estas ridiculas encrucijadas. –comienzo a mover cada foto del lugar junto a mis hombres y nada pasaba.

Me detuve un segundo y pensé como una Romano. ¿Donde esconderías una entrada?. Quizás en un lugar que sea obvio, pero la otra persona no lo sepa.

Alzo la vista hasta el candelabro que esta al lado de la chimenea; La llama flameaba pero algo estaba mal con esto, no parecía real. Atravesé mis manos por la llama.

–Jefa cuidado.

–Se lo que hago–volví a pasarla y no me quemo, de hecho ni siquiera estaba caliente. Hale el pequeño candelabro y de pronto la chimenea comenzó a dividirse en dos.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora