Capitulo 26

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Bela:

Angustia y preocupación sentía a cada segundo que el doctor no salía con respuesta.

Resulta que después de que Alaska saliera aún quedaban hombre de Kaan vivos y tuvimos que hacernos cargos, pero quedamos heridas; Aunque eso me daba lo mismo en estos momentos, sólo quería saber cómo esta Alexander.

Cierro los ojos un segundo en mi asiento e imágenes de las bombas uranios explotando cuando salimos del lugar vinieron a mi mente; No lo voy a negar, Pensé que nunca saldríamos con vida de ahí.

Resulta que la bomba tenía tiempo de retroceso por si Kaan moría y pues uno de nuestros hombres lo vio y nos salvamos de milagro.

Volví abrir mis ojos tratando de alejar los momentos caóticos que vivimos apenas unas horas.

Giro mi cabeza un poco y veo a Ronan sentado con Elena pegada a su pecho y suspiré. Sabía lo mal que lo estaba pasando; Alexander y Ronan eran como Phineas y Ferb, nunca estaban separados y daban lo que fuera uno por el otro.

Por otro lado, me sentía un poco sola estando tan alejada de todos en la sala, y más por que Alaska se había ido antes de que Ronan llegara; No quería que nadie la viera por que así como Ronan y Alexander eran inseparables nosotras también; Yo mataba por mi hermana sin titubear.

Carlos apenas miraba en mi dirección y Jared estaba muy ocupado con la máquina de gomitas.

La planta en la que estaba ingresado Alexander fue cerrado por orden de Ronan, quiere decir que sólo nosotros estábamos aquí.

Mi celular vibra y lo tomo.

–¿Si?.

–Mamá.

–Mi amor–me alegre escuchar su vocecita–¿que haces despierto a esta hora?.

Era de día pero eran apenas las 5am.

–La tia Alaska llegó esta mañana muy mal y la convencí para que me diera permiso para llamarte ya que apenas pude dormir la noche entera .

–No debiste de quedarte desvelado jovencito. ¿Por que lo hiciste si no es la primera vez que me voy toda la noche?

–Quería saber si Alexander estaba bien.

–Oh, ¿ósea que no estabas preocupada por tu madre?.

–Eres una súper heroica, se muy bien que saldrás de cualquier circunstancias.

–Me estoy poniendo celosa de Alexander–rebatí–además yo no soy Dios, en algún momento puedo fallar.

–Tu nunca fallas mamá.

Me ponía blanda en un segundo cuando decía cosas como esas.

Lo amo.

–Alexander está bien mi amor no te preocupes–Ronan que estaba concentrado en un punto fijo levantó la cabeza.

Sabía que me estaba escuchando.

–Mándale muchos saludos y dile que lo esperaré pronto por aquí.

–Se lo dire mi amor–cuelgo el teléfono y en ese mismo instante una mujer alta y esbelta apareció por la puerta con bata de doctora.

–Familiares del señor Volkov–nos llamó–quiero informarles que todo está bien, el señor Volkov tuvo una contusión en la cabeza pero está estable.

Todos respiramos al unísono en forma de alivio.

–¿Podemos pasar? -se adelantó Ronan.

–Pueden pasar, pero la verdad es que desde que despertó solo dice el nombre de Bela una y otra vez, quizás sea buena idea que ella lo vea primero.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora