Capitulo 43

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Alexander :

–Todo se nota muy bien, su sistema está respondiendo correctamente.–Dice Ferah.

–¿Entonces por que no despierta?–pregunto.

–Sufrió un impacto muy grande y en estos casos así hasta que ella no decida afrontarlo desde muy adentro no despertará.

–Esto ya parece una sección de yoga tipo película– cuestiona Lana–Ella estará bien Alex ya verás–me toma del brazo y asiento.

Ferah y Lana salen dejándome a solas con ella.

Con ella...

–Al fin a solas–comienzo hablar como si me escuchara—estás tan hermosa que duele verte, pero tengo muchas cosas que contarte, cosas de las que me avergüenzo por que no soy yo, y otras no tanto por que intente seguir con mi vida como mejor pude. Yo...te amo, nunca será de una forma distintas incluso si conociere miles de mujeres serías siempre tu, pero para ti siempre será el odio y la guerra antes que lo demás y aunque es cierto que no puedo juzgarte por que no conozco todo tu pasado 100%, me duele que te rindieras tan fácil con nosotros cuando yo soy capaz–tomo una bocaza de aire cuando siento como las lágrimas quieren salir—soy capaz de morir por ti, pero lo más importante y de lo que te falta aprender es que soy mucho más que capaz de vivir por ti.–la tomo de la mano y sorprendentemente se siente caliente. Su respiración es pausada y no me queda de otra que verla como un maniaco. Verle los reflejos rojos que se puso en el cabello, verle la pequeña pulsera azul que le regale hace unos meses atrás e incluso verle el piercing en la nariz que la hacia ver incluso más sexy. –me casare–solté de pronto–Ella es maravillosa, es talentosa y se con certeza que no huirá nunca de mi lado. Confío en ella demasiado, se que estará ahí ¿entiendes lo que es sentir seguridad de que no te abandonan de buenas a primera?. Pues eso es lo que Vanesa me ofrece y pues yo la quiero; No la amo, creo que es imposible mientras tú estás aquí en mi corazón, pero la vida continúa y estoy ya mayor para jugar a los que los demás quieran, yo también quiero Una familia propia y avanzar. Perdóname–aparto las lágrimas caliente que salen de mis ojos de un manotazo y continuo hablando–me duele que no seas tu, me arde en el pecho de saber que la mujer que amo no será la mamá de mis hijos o mi mujer. Bela te amo en verdad lo hago pero no puedo correr detrás de alguien que no quiere ser encontrado. –la siento removerse con fuerza para después abrir los ojos como petardos–¿Fierecilla estás bien?–la tomo del rostro y la veo abrir y cerrar los ojos confundida.

–¿Que paso?–su voz suena algo ronca pero no deja de ser hermosa.

–Te desmayaste, no despertabas y nos preocupamos mucho.

–¿Quienes?.

–Todos.

–¿Donde estoy?.

–Estás en casa.

–Yo no tengo casa–me mira confundida–bueno tengo alrededor del mundo, pero son simple casas no Mi casa, al menos yo no lo siento así.

–Estás segura aquí.

–No entiendo por que tu hermano no mato. ¿Que rayos hago aqui?.

–Eso sera algo que tendrás conversar con el–aún puedo verle la cara de confusión tratando de ordenar todo en su pequeña cabeza.

–Tengo sed—me levanto como un resorte y le lleno el vaso con agua que está a su lado. –Gracias–La ayudo a tomárselo y se vuelve acostar–ven aquí–me señala su otro lado y le doy la vuelta a la cama para tumbarme con ella. –Te extrañe tanto–esconde su rostro en mi cuello y la abrazo más a mi.

–Yo también te extrañe.

—Te escuche–me dice–y no tienes que pedir perdón, está bien que quieras hacer tu vida, no tienes que pedirme permiso, sólo deseo que seas feliz–siento mi cuello mojado y se que esta llorando. Trato de apartarla para verle la cara pero me lo impede abrazándome más–soy un maldito desastre y aunque Creo fielmente que vanesa no es para ti aceptaré tu decisión.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora