Capitulo 33

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Bela:

Cargo un vestido negro más largo de lo que estoy acostumbrada con unos lentes de sol que tapan casi toda la cara.

Estaba que brincaba de alegría por dentro al ver a ese malnacido muerto. Se sentía tan bien destruir, matar y doblegar y a mi se me daba de maravilla.

–Estamos aquí por nuestro amado Dante petrova quien ha sido un excelente ciudadano y un hombre de honor...–el padre comenzó a dar una ridícula charla de unos 20 minutos mientras en mi cabeza no paraba de pensar quien sería mi próxima victima.

Dante petrova, uno de Los fuertes de la mafia italiana y uno de los aliados de Ronan en el tráfico de armas entre los rusos e italianos.

Fue pan comido meterme en su cama y luego en el corazón del imbecil que pensó estar enamorado de mi. Pero lo que más disfruté fue ver en su rostro mientras su vida se le iba de los ojos, aunque no puedo negar que la epinefrina hacía un trabajo excepcional.

–Murió de un paro cardiaco–se lamentaba la gente. –Tan buen jefe que era.

Fue una misión difícil ya que todos sabían que era su mujer en su círculo por que el muy payaso me presento delante de algunos de los duros.

Fui paciente y cada día lo inyectaba mientras dormía, ya sea en la espalda que no era muy obvio o en el dorsal de la mano.

La brisa acariciaba mi cabello y solo quería salir de aquí de una vez por todas. No se por que, pero sin duda fue una misión difícil sin mi hermana junto a mi....–tomo una bocaza de aire y subo un poco la cabeza. No iba a llorar, ya lo había hecho demasiado. Ella ya no estaba conmigo y tenía que darle mi apoyo a Lukas.

El la extraña tanto que me duele ver sus ojos rojos a cada tanto, y mucho más arde cada vez que pregunta por Alexander y tengo que decirle que pronto lo veremos, cuando se que no es así.

Lo extrañaba demasiado, joder 7 meses o una vida entera no eran suficiente para dejar de amarlo, pero el es mi enemigo y no puedo dejar que mis sentimientos nublen mi juicio.

Trate de olvidarme de esos pensamientos y mantuve mi mente enfocada hasta que ya fue hora de marcharme.

–Señora debemos irnos, la mamá del señor Dante desea hablar con usted.

¿Que querrá esa vieja de pacotilla?.

Asiento obedientemente y entro en uno de los vehículos programados para mi.

Toque mi collar un segundo y luego baje mis manos para no traer sospecha.

Ella sabía....o eso creía. Pero como no estaba para suponer mejor prevenir que lamentar.

Nos detuvimos  en medio de una pradera después de 20 largos minutos en la carretera.

Estamos en un pueblo pequeño de Italia y aquí no había casi vida, así que si me quería matar lo haría. Lo malo para ella es que yo no era fácil de estirar la pata.

Bajo del vehículo y como era de esperarse la vieja me espera al lado del otro carro con dos hombres más.

Eran cuatros..... muy pocos para protegerla a ella. Quise casi reír pero me aguante.

–Señora Petrova. ¿A que debo tan grato placer?.

–sabes muy bien por que estamos aquí querida—era una mujer hermosa para ser mayor, podría decir que parecía una de esas modelos antiguas. Su pelo negro le daba por los hombros y la elegancia que desprendía de ella era simplemente fascinante.–Pagarás muy caro tu desfachatez. Aprenderás que con mi familia nadie se mete, y mucho menos una Romano—esperó una cara de sorpresa de parte mia pero sólo me quite los lentes para mirarla directo a los ojos.

–En efecto, soy una Romano por lo que mi poder es mucho mayor que el suyo–di un paso al frente y sus hombres me detuvieron–tranquilos, no haré nada. O al menos no aún.

–Deja la amenaza querida, todos saben que los Romanos están destruidos y no volverán al poder.

–¿Lo dice usted una cacatúa que dejó que un Ruso le quitara el poder a la mafia italiana?.

–¿Eso es lo que buscas?–levanta las cejas entendiendo mi punto–¿buscas quitarle poder a Levilev?

–Haré lo que a su hijo le faltaron huevos para hacer.

–No te atrevas hablar de mi hijo puta de mierda–levanta su arma hacia mi y me quede tan quieta que apenas pestañaba.

–¿Donde quedó aquella mujer elegante y educada?–me burlo–apunte directo aquí–le señalo el corazón y su mirada de autosuficiencia no se hizo esperar.

–No me tiendes niña.

–Dispare, dispare Justo en mi pecho–la incite nuevamente.

–No tienes ni idea con quien te metiste niña, pero ahora lo sabrás muy bien–una bala impacto directo a mi pecho y el ardor fue tan grande que no me quedó de otra que gritar por el impacto. –No eres nadie y me encargare que lo último que quede de tu patética familia pague muy caro.

No aguante mucho y caí al suelo con el fuerte impacto. El ardor se extendía por todo mi cuerpo y me mordí los labios cuando un sollozo quiso salir de mi.

–Pequeña Isabela, pensé que me darías más guerra, no entiendo cómo es que algunos te temen cuando no eres más que un parásito.

Ella me conocía....ella sabía sobre mi desde que me conoció.

–Si querida, me bastó un día para dar con tu información y solo tuve que atar cabos. Claramente pensé que sólo gozabas  un amorío con mi hijo, lo que nunca me imagine eran tus intenciones de ramera asquerosa.

Me dio otro disparo en la parte baja del abdomen y mi respiración dejó de funcionar por un segundo.

–Deberías de estar muerta–miro mi pecho y no vio ningún rastro de sangre. La sentí ponerse de cuclillas y tomarme con el cabello con fuerza.–te crees muy hábil, pero vas morir zorra. –su cuerpo roza el mío completamente y supe que esta era mi oportunidad.

–Ya me canse de escucharla hablar vieja decrépita–tome mi collar y la navaja oculta salió a flote. Le rajé la garganta completa finalizando con la boca–no puedo decir que fue un placer por que no lo fue.

–Pe...rra–su sangre cae directo a mi rostro y me deleito al sentir lo caliente que esta.

Escucho carros frenando cerca de nosotras y supe que mi ayuda estaba aquí.

–No hable mucho para que no se canse–sonreí–quiero decirle que fue muy valiente al enfrentarme; Pero debe aprender que con una Romano nadie se mete–esta vez deslizo la navaja hasta que llega a su pecho. Lo puedo sentir latiendo a gran velocidad y eso me prende más. Estoy llena de euforia en estos momentos.–su sangre corre encima nuestro y la empujo para que se mueva. Ladeo un poco la cabeza y mis hombres están ya esperándome–ayúdenme, necesito sacarme una maldita bala.

Vienen corriendo hasta mi y entro al carro como puedo . Tres de ellos se quedaron en la escena del crimen.<debíamos de deshacernos de toda prueba>.

Suspiro cuando me quito el vestido y veo la pequeña bala incrustada en el dispositivo de emergencia.

¿Si sabía que esto iba pasar? –por supuesto que no, pero si una cosa estaba clara era que la mafia era un terreno arenoso y siempre había que estar preparados.

–Llévenme a casa, necesito organizar el siguiente plan.–el carro acelero más y presiono el vestido con la herida del abdomen.

Me sentía cansada, pero esto aún no había terminado. No había terminado con los Volkov.

Ronan tenía mucho poder y me encargare de ser yo quien se lo quite. Pero para eso tenía que armar una muy buena estrategia.

Una lucha de titanes iba a comenzar y no sabía si su familia estaba preparada para ello.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora