Capitulo 14.

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Bela:

¿Que mierda hace Alexander con esa tipeja aquí?.

Ay Dios mío cúbreme por que voy a matar alguien aquí mismo.

Respira que tú puedes.

¿Como se atrevía atraerla aquí?.

No era ninguna estupida, sabía de sobra que lo hizo a propósito y si así estaba la cosa entonces lo iba a sacar de sus cabales.

Alexander no tenía ni idea de como me comportaba con otros hombres que no fuera con el y aunque ya no pertenezco a esa vida hacía años me apetecía jugar sucio esta noche.

–Estás hermosa–repitió el hombre por sexta vez esta noche.

¿Tenía algún problema o algo?.

–Gracias–tomo su mano por encima de la mesa y lo veo acomodarse para quedar más cerca de mi–tienes unas manos muy suaves ¿lo sabias?.

–No, pero muchas gracias.

La comida llega finalmente y me pongo a degustarla sin mirar ni una sola vez a la mesa de Alexander, no se lo merecía.

–Esto está delicioso, fue una buena opción venir aquí–halague al hombre poniéndolo colorado.

–Me alegro que le haya gustado señorita Clark.

–Nada de señorita Clark, esta noche solo seremos Bela y Rubén.

Comencé a conversar con el y la verdad era que muy a mi pesar no podía negar que era un hombre muy inteligente.

Llego el postre después de un rato y no me aguante más y mire, y creo que fue el error más grande.

Ella sonreía como boba mientras el le apartaba un pelo rebelde de la frente.

Oh Dios lo iba a matar, si no me iba de aquí lo mataría.

¿Por que se comportaba así?

Pensé que era diferente pero no es más que del montón.

Lo primero que me gustó de él fue su trasparencia, inteligencia e inocencia en algunos ámbitos, pero por lo que veo me engaño; Por que el Alexander que sonreía como bobo por esa mosquita muerta no era el mismo que conocí hace dos años en casa de Ronan.

–Si me disculpas iré al baño a retocarme un poco–casi vomito diciendo eso.

¿Desde cuando me retocaba por un hombre?.

Ni siquiera en mis tiempos de prostituta salía de un lugar por esa idiotez.

–No hay problema aquí la espero.

Camino lo más rápido que puedo y cuando entro cierro la puerta con seguro.

Estaba ansiosa, esta escena sólo empeoraba mi evolución.

Habían pasado semanas desde que llegue  y hoy era un día importante, se supone que debía demostrar que podía hacer mi vida normal por un día. Pensé que era mala idea pero el flacucho me convenció y cuando pensé que lo estaba haciendo bien fallo.

Me bajo hasta el suelo y pego la espalda a la pared, y siento la sangre bombearme por la necesidad.

Tranquila.

Tomo el inhalador de aire de mi bolsa y lo coloco en mi boca.

La puerta se abre de repente y ahí tirada en el suelo tomo mi arma para apuntar al objetivo.

–¿Que mierda pasa?–Alexander se arrodilla frente a mi con cara de preocupación.

–Es por ti, tú me pones así–bajo el arma y la vuelvo a poner en la bolsa.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora