Capitulo 41

196 17 0
                                    

Alexander:

–¿Entonces ya está?–pregunto–¿te dejó ir sin más?.

–Si–me dice Lana–es una mujer de armas a tomar pero me demostró que era de los buenos.

–¿Pero estás bien?.

–Estoy bien pesado.

–¿por que rayos no te fuiste cuando te dije?.

–Por que soy una terca de mierda–se ríe.

–Y yo un tonto por dejarte ir hacer esa estupidez–me quejo.

–Todo está bajo control, si no estoy equivocada en estos momentos estarán arrestando al ministro y a Vega.

–Las cosas no son así de fáciles–resoplo–ellos darán pelea.

–No se que pelea darán, pero estoy seguro que esa Sherman las ganara todas.

–La detestabas hace unas horas y ahora es tu heroina–me burlo.

–Es asombrosa; pero tengo algo más para ti–me dice de repente–en lo que ella estaba distraída saqué esto–me muestra el USB y lo pone en mis manos–es tuyo, como también el sistema completo de la habitación del pánico. Tenemos el ojo de diablo –sonríe.

–Tenía el de Dios, pero con este también me vale.

–Idiota–se vuelve a reír–me tengo que ir pero por favor cuídate mucho, cualquier cosa me avisas.

–Creo que es suficiente por hoy.

–Pienso lo mismo–le doy un fuerte abrazo y se marcha dejándome solo y con tanta información que un solo ser humano no podría procesar jamás, Pero como yo no era normal no sería problema para mi.

Ahora tenía ambos sistemas, y eso me ayudaría bastante cuando lo necesite; Por que no estaba bromeando, el ojo de Dios fue creado por mi, y el FBI junto con el gobierno lo estan buscando.

Una llamada interfirió en mis pensamientos y era nada más que Vanesa llamando por quinta vez el día de hoy.

Tomé un respiro y descolgué la llamada.

–¿Si?.

–Al fin tomas el teléfono–me regaña–necesito hablar contigo de algo importante.

–Vanesa ahora mismo estoy ocupado. Te fuiste sin avisarme como una criminal. ¿Puedes imaginar lo preocupado que estaba cuando no llegaste?

–Lo se, es que se presentó una situación importante.

–Ahora mismo no puedo lidiar con lo que te suceda.

No podía lidiar ni con mi vida. Soy un mal ejemplo y un maldito desastre la verdad.

–Necesitaba escucharte, me haces falta, perdóname.

–Olvídalo–suspiro–estoy ocupado–vuelvo y repito.

—Ya se, es solo que quería infórmate que estoy bien y también decirte que hoy me levante con ganas de ti. Te deseo mucho Alex.

–Vanesa por el amor de Dios, este no es un buen momento, necesito colgar ahora mismo.

–Estoy embarazada Alex–va al grano dejándome en un lapso agobiante–¿Alex sigues ahí?–me llama pero mi sistema está entumecido tratando de asimilar sus palabras.¿embarazada?–se que es un golpe duro–su voz no suena tan bien como hace unos segundos–pero lo quiero tener con o sin ti–la última palabra me despierta un poco del letargo y niego para mi mismo.

–No estarás sola, yo soy el padre y me haré responsable de todo.

–Sabía que eras bueno–me dice–te espero aquí en Washington.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora