Capitulo 58

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Cassian:

–Lo puedo explicar–esta con la cara bañada en lagrimas y su piel esta echa un asco.

–Eres una vergüenza para la familia, sabes bien que esto es imperdonable.

–Lo se, lo se–su voz rota no me distrae, no me interesa su arrepentimiento. Yo no doy segunda oportunidades y todos lo tienen bastante claro–solo quise ayudar, vi lo que esa mujerzuela te escribió, pensé que te hacía un favor en deshacerme de ella. Esa mujer te reto, quería probarte que te puedo ser útil así como mis hermanos.—se arrodilla ante mi besándome los zapatos—perdóname por favor.

–Mereces muerte por esto–la empujo para que se aleje.–das asco–la miro con rabia.

–No me mates por favor, te lo suplico–me toma una vez más por la cintura para abrazarme.

–¡Deja de tocarme!–empujo esta vez con más fuerza–odio a las lloronas. No te mataré–le hago saber y su cara refleja esperanza–pero no todo es tan fácil hermanita, tú desobediencia debe ser pagada.

–Hago lo que sea, lo que me pidas.

–Estarás encerrada un mes sin ver la luz del día y créeme que esto es nada para la mierda que haz provocado con esa familia.

–Esa familia es inferior a nosotros, si tu quisieras ellos estarían muerto, te demostré cuan fácil es acabar con ellos....

–¿Cuando pedí tu opinión?

–No entiendo por que los quieres con vida aún.

–Ese es mi problema–La tomo del pelo–no se te ocurra volver a meterte donde no te llaman.

–Cassian yo solo quiero ayudarte, por eso hice lo que hice.

–Hiciste brujería y eso está prohibido en este reino si no doy la autorización.

–Lo se, pero por favor no me mandes un mes lejos de todos ustedes, prometo no volver hacer brujería sin autorización.

–No, no lo harás nuevamente por que la próxima no sera próxima para ti. –se pone de pies para marcharse y la tomo del brazo–¿que brujería le hiciste a la mocosa esa?

–Le seque la matriz–me mira con una leve sonrisa–no tendrá descendencia nunca.

–Al menos no hiciste todo mal–le digo–los Romanos no deben seguir reproduciéndose –la suelto y hago seña para que se la lleven al lugar donde pasara sus siguientes semanas.

Una vez  que me encuentro solo voy hasta mi escritorio y saco la carta para volver a leerla.

Esta mujer sin duda es una niña que no tiene ni idea en lo que se está metiendo.  Abro el otro cajón que está bajo llaves y saco su tanga la aprieto con mis manos recordando aquel día, el día que la vi tirada en el piso con el tacón roto.

Verla por la cámara de seguridad y ver todo que hizo en ese baño. Sebastián aún sonríe al recordar toda esa hazaña. Sin duda la mocosa demostró que esta dispuesta a todo por su familia, algo sin duda admirable, por esa misma razón debo acabar con ella primero.

–Señorita Alaska–paso mis dedos por la firma de su carta–estas acabada mocosa.

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Bela:

Veo su rostro y no puedo evitar besarlo infinidades de veces. Toco su frente y siento la fiebre más baja.

Lo miro por un buen tiempo y siento que todo mi cuerpo está más relajado al saber que el está bien.

Bien...una palabra que todos creímos que iba hacer imposible con una bala en el pecho, pero aveces Dios tiene mejores planes que nosotros y esa brujería ayudo más de lo que esa mujer pensó. Esa magia negra de envenenamiento no dejó que penetrara la bala completamente, algo que estoy segura que ella no sabía y me alegro de que fuera así.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora