Capitulo 67.

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Bela:

Me sostengo con fuerza del árbol y grito sin poder detenerme. Los cuatro hombres muertos cerca de la cascada solo me da más ganas de vomitar.

No puedo evitar más el dolor así que suelto el arma con las manos ensangrentadas y caigo de rodillas.

–Tu puedes, tienes que pode...¡Carajo!–apenas y siento mi garganta cuando otra contracción inunda mi cuerpo.–Ahora no Chiquitin, aguanta por mamá–me toco la barriga como si eso lo fuera a calmar pero es cuando siento como mi vestido se comienza a mojar. –Ah no, no ahora. –gimo de dolor y cierro los ojos para tranquilizarme pero los gritos desesperados de los demás es como una puñalada en mi alma–debo llegar a Lukas, debo ver a mi hijo–me levanto como puedo y vuelvo a tomar el arma.

–¿A Donde crees que vas?–muevo mi cabeza en la oscuridad para encontrarme con unos pares de ojos muy parecidos a los míos–hermanita querida.

–Ahora no es el momento Vladimir.

–Creo que es el momento justo para esta reunión familiar.

–Creo que ya sabes que mi hijo tu sobrino se encuentra dentro al igual que tu otra hermana.

–Oh–pone un dedo en su barbilla–¿Hablas de la que murió?

–¿De que hablas? –siento mi corazón detenerse un segundo.

–Alaska murió Bela, y esta vez no volverá te lo puedo asegurar.

–No–muevo la cabeza–¡estás mintiendo!–siento mi cuerpo entumecerse pero no me dejo caer, no puedo hacerlo.

–Fue fascinante verla morir, y más al ver que murió de una forma tan fácil y estupida. Me imagine que ese momento sería más agobiante, pero tú querida hermana fue una cobarde y se rindió cuando más debió de luchar.

–¡Cállate! Tu no tienes ningún valor para hablar de mi hermana así.

–Lo tengo–le disparo o por lo menos lo intento ya que no hay balas en el arma.

–No–susurro.

–No puedo creer que pensabas en matarme–me mira con una sonrisa espeluznante.–Hermanita que bajo haz caído, pero para que veas que no soy rencoroso te daré 10 segundos de ventajas.

–Estas demente...

–1,2,3...–Comienza a contar y aunque odie tener que correr de este bastardo que por mucho es inferior a mi no me queda de otra por que estoy casi dando a luz en el medio de la nada.

Avanzo lo más rápido que puedo pero el dolor incrementa más y más. Mi corazón comienza a palpitar desenfrenado y me detengo, ya no tengo fuerzas, ya estoy cansada.

–¿Hasta cuando seguiré pasando por esto?–toco mi collar por 7ta vez y sigo sin recibir respuesta. Roger no está, Alaska tampoco y mucho menos Alexander. Solo quedo yo en el medio de la nada. Siento como me jalan del cabello y me muevo con fuerza.

–Se acabo el tiempo–siento como sus manos atraviesan mi cara haciéndome voltear la cara.

–¿Porque haces esto?–lo miro con rabia–esa gente no es tu familia yo si.

–¿Quieres discutir sobre la familia Isabela?–me toma de la quijada y aparto la cara con asco–¿donde estuviste cuando te necesité? ¿Donde estaba mi buena hermana mientras me encerraban en un manicomio?

–Te lo merecías y lo sabes.

–Lo único que necesitaba era a mis hermanas de mi lado–comienza a mover la cabeza como loco y me asusto–aún así te di una oportunidad brindándote la cura a tus problemas aquella vez y me rechazaste. Si hubieses sido inteligente tal vez no hubieras pasado por toda esa mierda del cancer.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora