Capitulo 11.

248 21 0
                                    

Alexander:

–¿Ya tienen la información?.

–Así es señor–responde Vanesa–la casa esta registrada a nombre de Edgar Rossini, es un ex convicto que trabajaba para la mafia italiana.

–¿Y los otros dos hombres?.

–Pertenecen a los que le están armando la revuelta al clan ruso. No entiendo muy bien que pasa ya que nunca hemos visto al jefe del clan ruso, pero supongo que el hizo algo que los enfureció y ahora ellos quieren  venganza.

–Entiendo, manténgame al tanto de todo, ya se puede retirar.

–A la orden señor.

La veo salir de mi perímetro y Carlos se acerca hasta mi entendiendo todo. No podíamos hablar de ese tema aquí.

No entendía que tenía que ver el clan italiano con Bela, era demasiadas cosas y todas me gritaban que la investigara, que hiciera algo antes de poner a mi familia en peligro.

Pero mi parte irracional quería conocerla antes de emitir un juicio.

Ronan era cruel y despiadado, pero lo conocía y sabía para lo que daba y para lo que no, y de esa forma quiero conocerla. Quiero darle el beneficio de la duda.

–¿Como está doctor?–pregunto una vez que sale.

–Está estable, pero creo que necesita ver esto–lo sego hasta donde se encuentra Bela mientras el sigue hablando–tiene pinchazos por todo los brazos, y por mi criterio de médico creo que es droga.

–¿Bela se droga?–pregunta Carlos.

–¡No!–respondemos el doctor y yo al unísono. –Cuando la atendí para extirparle la bala, su brazo estaba bien, quiere decir que algo paso ahí en el lapso que ella estuvo inconsciente.

Observé a Bela durmiendo y no pude evitar acercarme más de lo que el reglamento dictaba.

–¿Puede dejarnos un momento a solas?–le pido al doctor.

–Claro que si señor Volkov.

–¿Quien eres, que me ocultas y por que te marcaron?–hice preguntas al azar, sabiendo muy bien que ella no podía contestarme.

–Si es lo que estoy pensando–habla Carlos a mi lado-es peligroso, Arlen aún está en tratamiento y aunque el antídoto de Elena la ha ayudado bastante, eso no es suficiente.

–¿Crees que haya sido esa maldita droga?–miro sus brazos con pequeños puntos negros.

–Hasta que no la sometamos a algo más profundo no sabremos.

–Llama a Ferah, dile que lo necesito. Mañana mismo viajaremos a Chicago.

Sabía que Ferah andaba por el mundo sin lugar fijo, pero si le pedíamos que fuera a Chicago el iría; Ademas era la única persona que sabía con exactitud cómo tratar este tema.

Carlos se aparta un poco para hacer la llamada y vuelvo mi atención nuevamente a la mujer que me tiene loco últimamente.

Esta fierecilla iba acabar conmigo.

Me quedo un rato con ella y puedo apreciar las pequeñas pecas que adornan su nariz; También aprecie sus labios, esos que me moría por aprobar y no podía.

La detalle completamente y parecía una oveja mansa de esta forma, pero esta no era la que me gusta; quiero la mujer indomable que no tenía miedo decir lo que sentía.

Siempre detesté las personas que se creían superiores y no dejaban hablar a nadie, pero ella, ella era distinta.

No se cómo explicarlo, pero es la mujer más valiente, sexy e inteligente que he conocido nunca. 

No hay tema de conversación que Bela no sepa cómo desenvolverse.

Creo que me encapriche de su cerebro antes que de su cuerpo y corazón.

–Ya hable con Ferah, el dijo que vendrá para acá, que tiene algunos laboratorios donde puede llevar a Bela–entra Carlos sacándome de mi ensoñación.

–Bien, entonces solo nos hace falta esperar.

                                    ^^^^^^

–Está droga es aún más fuerte que con la que experimentaron con Arlen, me atrevo a decir que es tres plus más—nos dijo Ferah.

–En español por favor–se queja Ronan.

–Mi pregunta es ¿qué haces aquí cuando tú mujer apenas dio a luz?.

–Esto es mi culpa–se pasó la mano por el pelo–debí que tomar restricción, debí de hacer algo más pero no lo hice y ahora Arlen está hecha mierda y Bela igual.

–Arlen esta bastante recuperada y Bela estará bien–lo mira Ferah–le hicieron esto a Bela por que es fuerte y querían mantenerla al margen.

–¿Que quieres decir?–pregunto yo esta vez.

–1) la están amenazando para que haga algo que ellos sabían que se negaría o 2) quieren destruir al arma más letal del FBI en estos momento.

–Si me preguntan, ambas son válidas–responde Carlos–Pero Bela oculta algo así que no podemos saber qué pasa hasta que que Alex no haga nada.

–Investígala cuando te salga del orto–me dice Ronan–no cuando alguien te diga que lo hagas.

–Esto puede poner en peligro a todos; Es obvio que Bela está involucrada con el clan italiano.

–Bela es italiana–no aguanto más y lo suelto

–Ahí está tu respuesta–rebate Carlos– la bomba va a explotar en tu cara y no digas que no te lo dije.

No respondo.

–¿Que mierda hacen todos aquí?–se despierta Bela viéndonos extraños.

–Despertaste–me acerco hasta ella.

–¿Que paso?.

–Te desmayaste.

–¿Que paso?–vuelve a repetir esta vez viendo sus brazos pinchados y conectados.

–Debes calmarte, si te alteras no te podré ayudar.

–Y una mierda–comienza arrancarse los cables que tiene incrustado en la piel haciendo que brotara sangre de estos.

–Bela detente–le digo casi gritando pero fue en vano.

–Es una loca–secunda Carlos.

–¿Quieres quedarte tranquila?–la sostengo cuando veo que se quiere levantar.

–Quiero irme de aquí.

–Te drogaron y ahora estás en observación, necesitas tranquilizarte–le dice Ferah.

–Yo me curaré sola, nunca he necesitado a nadie ni ahora ni nunca.

–Si se quiere ir que se vaya–sigue Carlos con la sisaña.

Me aparta de un manotazo con la mirada desorientada.

En cualquier minuto iba a caer.

–Vuelve a la cama Bela–habla Ronan por primera vez llamando su atención–antes de que esto se ponga muy feo; Deja tu maldita actitud y relájate.

–No me hables como niña chiquita Ronan.

–Entonces no te comportes como una.

Lo mira con rabia pero sorprendentemente vuelve de regreso a la cama.

–Tengo hambre–se queja.

–Bien, ahora si volviste hacer tu–le toma la nariz de forma amistosa.

Se lo mucho que Ronan la quiere aunque nunca se atreva a decirlo en voz alta.

–Wacala, apártate.

–Ya quisieras tu–le responde Ronan haciéndola reír.

Ferah se acerca con miedo para tratar de parar el sangrado de su brazo y eso me hizo mucha más gracia.

Que locura señor.

Entre el amor y el deber #3. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora