Natasha sentía que iba a vomitar. No por asco si no por aquello que había descubierto. Un nombre. Un estúpido nombre había logrado que todo aquello que había construido durante años corriera el riesgo de ser destruido. Ese maldito nombre podía hacer que le quiten a su hija, o peor. Podría lograr que su hija se vaya de su lado.
La pelirroja se levantó rápidamente y corrió hacia el baño y se puso de rodillas frente al inodoro. En cuánto logró sostenerse, sintió como vaciaba todo el contenido de su estómago. Afortunadamente, Bucky parecía seguir dormido, por lo que el ruido no fue un problema. Steve le había dicho que James dormía como tronco, y vaya que no había exagerado.
Todo su cuerpo le dolía, e intentaba sostenerse el cabello lo mejor posible. Steve llegó detrás de ella y le sostuvo el cabello mientras le acariciaba la espalda. Nunca había visto una reacción así por parte de Natasha.
—Tasha, Intenta calmarte. —dijo intentando amarrar su cabello con una liga. —No es el fin del mundo, nada tiene porque cambiar.
Cuando Natasha pudo tranquilizar su estómago sintió como respiración comenzaba a entrecortarse. Podía sentir la frialdad de la cerámica contra la piel de sus manos, lo cual era lo único que la mantenía despierta. Al menos había la seguridad de que aquello que había leído era real. Tenía el nombre del padre biológico de Elizabeth, y aquello le había caído como balde de agua fría.
Steve tampoco podía creerlo, pero no le importaba cómo se sintiera él, solo le importaba que Natasha pudiera recuperarse del shock en el que había entrado.
—Elizabeth merece saber... —susurró con la voz aún rasposa. —Ella merece saberlo, pero no quiero decírselo.
—No tienes por qué decírselo. —dijo Steve levantándose junto con Natasha.
—Creí que de todas las personas serías quien menos me diría algo como eso. —dijo sirviéndose agua del grifo. —Eres alguien demasiado correcto como para ocultar algo así.
—Tú eres la madre de Elizabeth, solo tú puedes saber que es lo mejor para ella. —su voz sonaba sorprendentemente calmada.
Natasha tomó su cepillo dental y comenzó a la lavarse los dientes. Necesitaba quitarse el sabor de la bilis de su boca. Su mente todavía no terminaba de procesar aquella información.
—Sé que no debería estar sorprendida, —se enjuagó la boca para voltear hacia Steve. —quiero decir, para crear a una persona necesitas genética de dos personas diferentes, pero, mierda, siempre hemos sido ella y yo. Nunca me imaginé con alguien más cuidando de ella a excepción de Clint.
—¿Qué me dices de Laura? —dijo en tono burlón.
—¡No es gracioso! —exclamó dándole un manotazo al rubio. —Elizabeth va a querer buscarlo, tener una relación.
—Probablemente, pero también es muy probable que no le afecte...—suspiró. —Tasha, no voy a decirte que es lo que debes o no hacer, ¿De acuerdo? Pero debes estar consciente que ambas opciones pueden salir o muy bien o muy mal. Deberías meditarlas antes de hacer algo.
—Lo sé, lo sé...
La voz de Natasha sonaba bastante cansada. Había pasado tanto tiempo sin dormir que sus ojos le pesaban demasiado, pero la verdad es que le asustaba dormir. Ahora, cada vez que cerraba los ojos veía el estúpido nombre que estaba en el archivo de su hija. Con solo pensar en él sus hombros se tensaban.
—Es por eso que Dreykov está buscando a las niñas que fueron creadas en el proyecto. —dijo con la voz ronca. —Él la quiere a ella, su objetivo es encontrarla.
—Elizabeth está protegida por su identidad, y nada en su información pública la une a ti. —dijo tomándola por los hombros. —Está a salvo, Tasha, lo juro.
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Red Widow [Peter Parker]
أدب الهواة"-No me gusta mentir, odio hacerlo, pero odiaría más que algo les pasara por mi culpa. -torció la boca. -Es parte de la vida del héroe, mentir es algo que sale natural. -No tienes que darme explicaciones de eso, Araña. -respondió Elizabeth -Lo sé -s...