Red Widow [Peter Parker]

Capítulo 33: Ataque

—Gracias por su atención. —dijo Peter, dando por terminada aquella presentación.

Se escucharon los aplausos de Happy y Tony, quienes se veían complacidos con aquella presentación. Peter suspiró aliviado. Había estado preparando aquella presentación durante los últimos dos meses, y necesitaba que todo saliera bien. Tony se había encargado de enseñarle todo lo necesario, y esperaba que Peter pudiera lograr todo lo que se propusiera.

Admiró esa sala por unos segundos. La gran mesa larga en medio de la habitación la hacían ver más pequeña de lo que era, pero aún con ese mueble en el medio seguía viéndose enorme. Tenía paredes negras con grandes ventanas, además de ser la sala más importante en aquel piso de industrias stark. El piso de mármol negro también le daba un toque especial, dejando en claro que aquello era de Tony, como si ese suelo tan costoso fuera su marca personal.

Quizás algún día Peter podría tener a su disposición una sala como esa, pero lo dudaba. Crecer como la manera en la que el creció provocaba inseguridades en cualquiera. Pensar que nunca sería suficiente era un miedo constante, y más cuando no quería utilizar las ventajas que Tony Stark le ofrecía como su pupilo. Quería ganarse las cosas con su esfuerzo y no con favores de su tutor.

Es decir, cuando Peter lo conoció apenas era un niño, y después de que Ben murió Tony se volvió mucho más protector con el chico. Quizás Tony se veía reflejado en su pupilo. Ambos eran huérfanos y gustaban de cosas muy parecidas. Incluso Tony le había regalado una réplica a escala exacta de la estrella de la muerte para su cumpleaños número veinte. Sentía una extraña necesidad de protegerlo y quería que fuera feliz. Cómo si quisiera evitar que pasara por lo que él había pasado.

—Es un buen proyecto el que tienes aquí, Peter, —dijo Tony, levantándose. —pero te noté un poco nervioso. ¿Que te pasa?

El filántropo conocía a su aprendiz como la palma de su mano. Podía leer sus expresiones como si fueran un libro abierto, y aún con eso no podía descifrar que le pasaba al chico.
Habían pasado dos días desde su discusión con Elizabeth y Peter no la había visto de nuevo. Sabía que ella estaba bien, había hablado con ella por celular un par de veces. Eso le daba un poco de tranquilidad, pero aún así quería esperar a que ella le pidiera verlo. No quería presionarla y perderla en el proceso.

—No pasa nada, Señor Stark. —respondió forzando una sonrisa. —Solo es la primera vez que presentó ante alguien más, es todo.

—Me gustaría creerte Niño, pero no lo hago. —Tony le colocó una mano sobre el hombro. —¿Ya sabes a quien vas a presentarle este proyecto?

—Aún no, pero espero que guste. —Peter suspiró.

—Puedo imaginar que te pone muy nervioso. ¿Calibraste la viscosidad del fluido?

—Sí, también hice pruebas de reacción en pieles humanas. Todo ha tenido un resultado favorable. —Dijo Peter, bastante pensativo. —A este paso creo que terminaré el proyecto antes de graduarme.

—¿Y no has reconsiderado mi oferta?

Peter rio suavemente. —No me quedaré aquí, Sr Stark. Ya lo hemos hablado. Se perfectamente los planes que tengo para esto.

Llevaba tantos años trabajando con aquel proyecto que le daba miedo de que no fuera suficiente. Todo había comenzado cuando había creado su fluido de telaraña, y se había dedicado entonces a investigar esa clase de fluidos y cómo pueden ayudar a la regeneración de tejidos humanos a nivel molecular. Había sido aquel trabajo el que le ayudó a que lo aceptaran en la universidad de Nueva York.

Quería dedicarse a la investigación al graduarse, pero aún necesitaba ver dónde podría hacer una maestría para conseguir un mejor sueldo. Quizás podría buscar alguna beca en el extranjero o aplicar para el instituto tecnológico de Massachusetts. Lo malo era que en ambas opciones, tendría que dejar Nueva York. Quizás hasta tendría que dejar a Elizabeth.