Red Widow [Peter Parker]

Capítulo 43: Culpa

La familia vienen en formas diferentes. Son muy raras las familias tradicionales. Mamá, papá y dos hijos. ¿Por qué alguien querría algo tradicional? ¿Qué pasa con los hermanos? ¿Los tíos? ¿Los abuelos? Es más, incluso había personas que eran mas familia que la propia familia de sangre tradicional.

Kalisha aprendió eso cuando aceptó que tenía una hermana pequeña a la cual proteger. Ella era su pequeña luz de esperanza en esa ratonera tan espantosa. Bromista y risueña, una niña que aún podía actuar como niña a pesar de todo lo que había vivido. Y ahí estaba Kalisha, tan desesperada por salir que había desaprovechado oportunidades de hacerlo porque no podía dejarla ahí adentro a su suerte.

—¿Puedes dormir conmigo esta noche?

Kalisha bajó la mirada para mirar a Elizabeth, quien estaba arropada en su cama. Ella estaba sentada a los pies de la cama, viéndola. Le había leído un cuento para ayudarla a dormir, pero aparentemente no había funcionado. La pequeña tenía demasiada energía.

Era tarde, y eso lo sabía gracias a que estaba despierta después de la hora de dormir reglamentaria. Había estado jugando con Elizabeth por petición de la pequeña, quién le había rogado a Natasha para que la llevara con ella. Kalisha sonrió de forma forzada y suspiró.

—Sabes que no puedo quedarme contigo. Son las reglas.

—Pero no me gusta dormir sola. —dijo la pequeña con un puchero. —Quiero que te quedes conmigo.

—Me encantaría hacerlo, en serio. —dijo Kalisha mientras le apartaba un mechón de cabello del rostro. —Te prometo que un día vamos a hacer pijamadas que duren toda la noche. Podremos comer dulces, papas fritas y todo lo que quieras.

Los ojos de Elizabeth se iluminaron con una sonrisa. —¿Y también chocolates?

—Especialmente chocolate, Veta.

—¡Sí! —exclamó para acostarse sobre la almohada y suspirar. Levantó el rostro para ver a su amiga e hizo una mueca. —¿Pero no podrías quedarte hasta que me quede dormida?

Kalisha sonrió. —Eso si puedo hacerlo, pero tienes que intentar dormir rápido. ¿Está bien? —Elizabeth asintió. —Entonces hazme un espacio, Veta, y déjame acompañarte.

Elizabeth se arrinconó contra la pared, dandole un espacio a Kalisha, quien se recostó a su lado. Kalisha aún estaba un poco sucia por los entrenamientos del día, además de que habían tenido que cortarle el cabello para que fuera más sencillo de manejar. Estaba cansada, agotada y todo el cuerpo le dolía. Ese día el entrenamiento había sido demasiado pesado, y sabía que probablemente tenía alguna costilla rota, pero no le importaba. El suero que le habían inyectado en el cuerpo repararía sus huesos rotos en un par de días. Ya le pediría a Natasha algún consejo para el dolor.

Lo único bueno era que aún faltaban unos años hasta un llegara su propia ceremonia de graduación. Así, por ese momento, solo tenía que preocuparse por una cosa a la vez, y esa cosa era ella misma y la pequeña Veta.

Kalisha se recostó bajo las cobijas y se quedó mirando techo junto con Elizabeth, quien no parecía querer ir a dormir pronto.

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Kalisha, a lo que Elizabeth asintió dandole permiso. —Si alguna vez salimos, ¿Qué pasará con nosotras?

Elizabeth rio un poco. —Ay, Lisha, piensa un poco y no seas boba. —dijo sonriendo mientras levantaba sus manos al techo. —Cuando podamos salir de aquí, mi mamá te llevará con nosotras, y serás parte de nuestra familia y tendremos un hogar.

—¿En serio crees que Natasha querrá que me quede con ustedes?

—Si ella no quiere, entonces la convenceré. —dijo volteando a ver a su amiga. —No pienso irme a ningún lado sin ti.