Red Widow [Peter Parker]

Capitulo 25: Hogar

Las maletas fueron llevadas hasta el jet de Fury con bastante rapidez. Iban a tener un viaje considerablemente corto, siendo poco más de dos horas. Natasha iba a estar pilotando la nave junto con Steve, por lo que Elizabeth y Clint iban solo como acompañantes.

Elizabeth estaba saliendo del complejo, jalando su maleta con ímpetu, y esperando que su madre no notara que llevaba una bufanda aun cuando no hacía mucho frío. Aún podía sentir la boca de Peter sobre la suya y cada vez que lo recordaba, una sonrisa se escapaba de sus labios.

Había detestado dejar a Peter sin haber hablado realmente con él sobre ellos, pero al menos sabía que estaban en la misma página. Bueno, al menos, en páginas cercanas. Ya tendrían tiempo de hablar con él cuando regresara de aquellas vacaciones express.

—Hola, niña.

La voz de James logró que Elizabeth levantara el rostro.

—Hola, Bucky. —Elizabeth bajo la mirada, notando una maleta detrás de él. —¿A dónde vas?

—Wakanda. —guardó sus manos en los bolsillos de su chaqueta. —Es hora de sacar a HYDRA de mi cabeza. Hora de seguir adelante.

—Buena suerte con eso. —dijo Elizabeth, acomodándose el cabello.

Bucky sonrió. —Gracias, la necesitaré.

—Por un momento creí que vendrías a Iowa con nosotros, con eso que mi mamá invitó a Steve, asumí que vendrías tú también.

James rio. —¿En serio parezco tan dependiente de él?

—Solo un poco. —dijo haciendo una seña con sus dedos. —Espero que regreses pronto.

—Lo haré, solo serán un par de semanas. No te preocupes.

La extraña amistad que había surgido entre el amargado supersoldado y la explosiva joven fue algo muy inesperado. Natasha no estaba muy feliz con aquello, pero había tenido que aprender a aceptarlo. Al final del día, no había nada de malo con una amistad entre ellos, y más cuando Steve confiaba ciegamente en James. James era una de las pocas personas que podía entender lo que Lizzie y Nat habían vivido, así que para muy a pesar de Natasha, tuvo que aceptar que él se preocupaba de forma genuina por su hija.

—¿Cómo van tus pesadillas? —preguntó James.

—He tenido menos, —se cruzó de brazos. —pero hoy tuve una bastante fea. Quizás la peor hasta ahora.

—Lo siento. ¿Quieres hablar de eso?

Ella negó con la cabeza. —No te preocupes, no estuve sola.

Bucky sonrió. —Me alegra que Natasha te apoye en esto. Es una buena madre.

Ella sonrió, sintiéndose cómplice de una situación. Era gracioso que asumiera que Natasha había sido la que estuvo presente con ella.

—Realmente lo es. —Elizabeth miró hacía la pista, donde Natasha estaba conversando con Steve. —Debo irme. Nos vemos cuando regreses.

Él sonrió. —Estaré esperando, niña.

Sin pensarlo mucho, James se acercó y le dio un abrazo. La apretó contra él y su cuerpo se relajó. Elizabeth recibió el abrazo, quizás sintiéndose desprevenida al principio, pero terminó aceptándolo. Era extraña la manera en la que se entendían, como si de alguna manera fueran el reflejo del otro. O al menos así lo veía James. Él no podía esperar para al fin iniciar su nueva vida, y poder seguir adelante. Quería enmendar todo lo que hizo en su pasado, y ver a esa joven le daba esperanza de que aún estaba a tiempo para hacerlo

Cuando se despidió de ella, se hizo la promesa de que intentaría protegerla. Por primera vez en su vida, sintió un instinto que no creía tener. Era extraño pero agradable al mismo tiempo. Entendió entonces porque Natasha era tan protectora con Elizabeth. Por un segundo, incluso imagino algún día teniendo su propia familia, quizás aún no era tarde para él.