Capítulo 20. Adoctrinamiento.

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Nota: Seguiré narrando yo.

La noticia de la quema de Gusu, la desaparición de los líderes Lan en mal estado, Wuxian y Lan Ning también desparecidos, se extendió por todo el mundo de la cultivación, pero a los herederos solo les llegó la noticia cuando llegaron a Qishan Wen,...

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La noticia de la quema de Gusu, la desaparición de los líderes Lan en mal estado, Wuxian y Lan Ning también desparecidos, se extendió por todo el mundo de la cultivación, pero a los herederos solo les llegó la noticia cuando llegaron a Qishan Wen, donde ya no podían regresar.

Lan Xichen y Lan Wangji, llegaron a Qishan Wen lastimados; Wangji decaído por sentir a Lan Ning lejos, pero por lo menos sabía que seguía vivo.

— Como sabrán — comenzó Wen Chao — Gusu Lan fue quemado por conspirar en contra de Qishan Wen, ahora, si alguien quiere seguir los pasos de Gusu Lan, serán reducidos a las cenizas — Wen Chao se río con sorna — Es una pena que los herederos Lan no hayan muerto... —.

Puto perro sarnozo Pensó He'ian Ay no, que culpa tienen los perritos, discúlpenme perritos del mundo...

— Ahora, entreguen sus espadas — y justo como dijo la serpiente roja, los herederos entregaron sus espadas, el sirviente que las recogía los miró raro pero no le tomó importancia.

— Me niego — dijo un discípulo Jin.

Wen Chao solo rodó los ojos y le ordenó a Wen Zhuliu que atacara al Jin, rompiéndole así su núcleo dorado. Gracias a eso, los que se rehusaban a entregar sus espadas, las entregaron de inmediato.

Durante el adoctrinamiento, nos trataron como putos sirvientes. Nos hicieron portar las túnicas Wen.

La única "Omega", He'ian, fue discriminada por algunos discípulos, ella no le tomó importancia. Pero hubo a alguien a quien sí le importó.

Ah, Wen Zhuliu... amenazo a todos y cada uno de los que hablaron mal de He'ian. Sobre esto, la propia He'ian, no se había dado cuenta.

Unos días más tarde, Wen Chao junto a Wang LingJiao, guiaron a los herederos y discípulos a un "paseo", donde se les ordenó encontrar una cueva.

En un lago, la niebla se disipó y dejó ver una cueva.

— ¡Encontré la cueva, ChaoChao! — chillo Wang LingJiao.

Todos rodaron los ojos y siguieron a Wen Chao.

— ¡Bajen ahora! — ordenó Wen Chao.

Ya que nadie quería bajar, los mellizos Jiang saltaron y miraron a su alrededor, Jin ZiXuan, Lan Xichen, Lan Wangji y Nie Huaisang los siguieron por detrás. Los discípulos soltaron un suspiro de resignación y los siguieron.

— No veo nada — dijo un discípulo.

— ¿Será por que casi no hay luz aquí? — dijo Luo Qingyang — Puto genio —.

Wanyin encendió un talismán de fuego, alumbrando un poco la cueva.

— Aquí no hay nada — dijo Wen Chao una vez que tocó el suelo — Vaya desperdició de tiempo —.

RENACIENDO COMO UN JIANG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora