Capítulo 7. ¡Peligro!

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Mi aroma a licor de lotos se hizo más fuerte, mis colmillos empezaban a salir rápidamente, causando que mis encías sangraran como ríos, mi zona íntima ni que decir; sentía húmedas mis túnicas.

— Embriagador... — susurro el Alfa, bajando de a poco su mano libre hacia mi cadera.

Empecé a llorar... veo borroso, el calor se hace más presente y siento como se mueve el alfa detrás de mi. Fue en ese pequeño momento donde, a pesar de ver borroso, logró distinguir un destello blanco dirigiéndose a nosotros.

Y, cuando menos me lo espero, un anillo se enrosca en mi dedo índice, ajustándose a mi dedo por voluntad propia. El anillo crispa, haciendo un ruido fuerte; siento la corriente eléctrica correr por mi cuerpo y poco después, del anillo sale una serpiente que ataca al Alfa.

Escucho un fuerte grito por parte del Alfa, pero solo me arrincono a la esquina de aquel lugar, la serpiente poco después me rodea con su largo cuerpo.

Ya está, Mi Señora — siseó — Ese Alfa ya no la molestará más —.

Por el ruido, mis padres se acercan corriendo, con espadas desenvainadas, atrás de ellos venía Shūsu y los herederos Lan, también salen los alfas que están en la habitación de invitados.

Captan mi aroma y después miran al Alfa tirado en el suelo.

— ¡Lo provocó! — gritó uno.

— ¡Vino aquí a provocarnos! — gritó otro.

Y así siguieron los comentarios por parte de los Alfas; cuando uno quiso acercarse, las intenciones fueron captadas por la serpiente, aventando su hocico hacia el, defendiéndome.

¡Aleja tus asquerosas manos de Mi Señora! — gritó la serpiente.

Mis padres corrieron hacia mi, bàba mandó a encerrar y castigar a los Alfas, Shūsu también se acercó, pero la serpiente no los dejaba pasar.

Shūsu miro a sus sobrinos y ellos de inmediato bloquearon sus sentidos, pasando detrás de él para evitar que algún Alfa quiera acercarse.

— ¿Qué carajos? — dijo confundida māmā.

— Māmā, bàba, shūsu — hablé, temblando por el calor y la humedad entre mis piernas.

— Aquí estamos, An An — hablo suave bàba.

La serpiente entendió y regreso a ser un anillo, pero jamás se alejó de mi, seguía estando en mi dedo. Sentí como māmā me cargaba y me llevaba a mi habitación, bàba y shūsu gruñían a todo alfa que quería acercarse con otras intenciones.

Dejándome en mi habitación, mandaron a llamar a un médico Omega y a un profesor Omega. Llegando el doctor, me reviso y receto medicamentos para calmar la fiebre y bajar el calor.

— Este celo, fue provocado porque se sintió en peligro — dijo el doctor.

— ¿Cómo sabe? — pregunto Shūsu.

— Por sus colmillos — alzó mi labio, dejando ver mis encías y colmillos — Cuando nos sentimos en peligro, nuestros colmillos salen rápidamente y para alguien quien aún no se ha presentado — dijo en un suspiro — Es peligroso, causa bastante dolor —.

Salió el doctor, pero jamás llegó un profesor Omega, bàba suspiró y se talló la sien.

— Dejaré a Yinzu aquí en lo que buscaré un profesor Omega — dijo māmā.

— Puedo mandar a traer uno de Gusu — sugirió Shūsu — Hay bastantes ahí, pero tendría que informarle a mi hermano —.

Mis padres afirmaron con un "Mmh" y escuche cómo salió Shūsu.

RENACIENDO COMO UN JIANG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora