Capítulo 40. Comienzan los preparativos para el ataque final.

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Advertencia: Capítulo con contenido +18.

Capítulo largo. Xichen entró en celo y pobre He'ian...

Con esta advertencia puesta, sigan con su lectura.

Huaisang y He'ian comenzaron a ir de un lado a otro, ayudando en lo que podían y sabían, Huaisang tiene su manera de hacer las cosas y He'ian otra, pero al final, lograban hacer lo que tenían pensado

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Huaisang y He'ian comenzaron a ir de un lado a otro, ayudando en lo que podían y sabían, Huaisang tiene su manera de hacer las cosas y He'ian otra, pero al final, lograban hacer lo que tenían pensado.

Pero hubo alguien quien bebió vinagre por galón.

Xichen...

Los Lan son expertos en beber vinagre, y son muy celosos. Aunque, es bien sabido que Huaisang y He'ian son hermanos jurados, y también que son 2 de las mentes maestras detrás de la organización y estrategas de las sectas.

Y eso Xichen lo entendía, pero para él, ¿Es necesario estar casi todo el tiempo juntos?

He'ian al fin se desocupó, discutir con el líder Yao fue desesperante. Se la vivía diciendo "¿Qué hace un Omega aquí? ¿No debería estar en el refugio?" no fue hasta que ella lo calló diciendo:

— Está omega de aquí, te salvo tu asqueroso culo en más de una puta ocasión, tarado — ella hizo que Shandiàn chispeara — Cállese y déjeme hacer mi puto trabajo —.

Y después de eso, el líder Yao ya no dijo nada, menos cuando ella tenía razón.

Ahora, entró a su carpa para dormir una pequeña siesta, Huaisang dijo que se encargaría de lo demás, así que ella podría ir y dormir un poco.

Entrando a la carpa, el aroma a Gencianas mezclado con menta la golpeó.

— ¿Xichen? — cerró bien la carpa y se paseó dentro — ¿Qué haces aquí? —.

Dentro, todo estaba perfectamente perfumado con el aroma de Xichen, no había lugar donde hubiese otro aroma. Ni si quiera dejo que oliese a licor de loto.

— AnAn... — habló Xichen, recostado en la cama.

— Oh, ahí estás... — ella se acercó — No me digas que entraste en celo... — suspiró y se paró a un lado de la cama.

Xichen solo se levantó de golpe y abrazó con fuerza a He'ian, escondiendo su rostro en su cuello.

Ella suspiró y correspondió al abrazo — Iré por A-Ning, para que te de unos supresores... — acarició la espalda del Lan.

— No — respondió el Lan, apretándola más contra el.

— A-Huan — se quejó ella — No me dejas respirar... —.

Y haces que mis pechos duelan, joder. Pensó ella.

Y parece que Xichen le leyó la mente, por que se separó de He'ian y colocó sus manos en sus pechos.

— Lo siento — dijo él, amansándolos.

— O-oye... — ella se sonrojó y tomó las muñecas del Lan, deteniéndolo — N-no hagas eso —.

RENACIENDO COMO UN JIANG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora