Tutor ★Seungknow★

29. Mina ♡

Después de aquel beso, Seungmin no sabía cómo reaccionar.

En primera instancia, en el momento le devolvió el beso con ganas, correspondió sin pensar mucho en las consecuencias.

Al regresar a casa, Seungmin estuvo alejado de Minho. Aún no podía creer que habían compartido tal momento. Estaba tan avergonzado, no podía verlo a la cara. El viaje fue largo, tedioso, un poco incómodo.

Si Chaer no hubiera reído, la cosa habría sido peor. El ambiente estaba tan tenso que ni Jisung quería interceder cómo siempre.

Seungmin se sintió menos tenso cuando se vio frente a su casa fuera del auto de los Lee, Changbin empezó a acribillarlo por medio de preguntas.

¿Cómo fue? ¿Cómo se sintió?

Seungmin respondió parco, Changbin entendió que debía darle su espacio, pero estaba tan preocupado por el sentir de su mejor amigo que le era un poco difícil.

Pero debía hacerlo.

Tomó su mano libre para entrar a casa, Seungmin saludó al escuchar la voz de su madre en la sala, se dirigió con entusiasmo mientras creía que su padre estaba en casa.

Cuando llegó para abrazar a sus padres, contarles de sus días lejos, notó algo… mejor dicho, notó a alguien al lado de su madre, le sonrió y su pulso se aceleró cómo desde hace mucho tiempo no había sentido.

No pudo retener las lágrimas.

—Mina.

—Te eché de menos, hermanito. Siento haberme ido sin decirte nada.

—Eso fue hace mucho, olvídalo. Me importa que seas feliz, debías hacerlo. Quedarte aquí, no te iba a hacer bien.

—Dejé atrás un desastre.

—Ya está todo arreglado, no te preocupes.

Changbin al lado de Seungmin estaba callado. Miró a la chica frente suyo incrédulo y solo reaccionó cuando vio que se levantó de su lugar y se dirigió a él —en realidad, estaba dirigiéndose a su hermano para abrazarlo—. Quedó helado cuando al terminar el abrazo con su hermano, le dirigió una mirada cargada de arrepentimiento.

Seungmin notó eso, antes de voltear y ver a su sonriente nana.

Se dirigió a ella y casi la embistió.

Amaba a su nana, lo entendía a las mil maravillas, no se sentía juzgado cuando hablaba con ella, tenía una mente y alma libre que le hizo querer ser igual.

Y por eso sentía como si hubieran pasado siglos desde que la había visto y hablado con ella.

—Mi tan, no pequeño Seungminnie.

—Mi gran nana.

Ambos se miraron con cariño, la señora Kim no pudo evitar sentirse en paz, en el lugar que pertenecía.

La felicidad fue el motor que le hizo hablar.

—Ahora, quiero compartir el hecho del porqué estamos aquí.

El corazón de Seungmin se aceleró.

Pidió con todas sus fuerzas que no fuera algo que tuviera que ver con la enfermedad de su madre.

—Loren y yo queremos renovar votos matrimoniales. Así que, nos casaremos de nuevo.

El grito de alegría por parte de Mina no se hizo esperar, abrazó a sus padres de manera estrecha, lloró y les dijo que era bueno ver cómo el desastre que había dejado atrás dejaba de serlo de a pocos.