Capítulo 13 :Camila

17K 1K 46
                                    

No puedo evitar de dejar de sentir angustia ante el estrés de la situación, Dante solo sabe dar vueltas en el pasillo mientras su hermano se encuentra sentando a mi lado.  Adentro se encuentran los médicos revisando el estado de salud del otro.

Uno de los médicos sale, Dante se acerca y su hermano se levanta rápidamente del suelo.

—Afortunadamente, la bala solo roso parte de su hombro, la cual logro incrustarse levemente, pero no causo ningún daño —Veo la cara de alivio de Dante—. Retiramos la bala y cosimos la herida, estará bien y en los próximos días estará como nuevo.

—¿Podemos verlo? —Pregunta su hermano a mi lado.

  —Adelante.

Entra a la habitación rápidamente, otro médico sale, se despide de Dante y se marchan los dos dejándonos a solas en el pasillo.

—Lamentó que hayas vivido todo esto, Edrik tiene la facilidad de meterse en líos en segundos.

—¿Sabes qué sucedió?—Pregunto en un susurró.

  —Nada nuevo, estaba participando en una carrera clandestina, las cosas se salieron de control, la policía llego, hubo disparos y una de las balas lo toco.

—¿La policía le disparó?

—Eso parece, ahora me toca hacer algunas llamadas para que no den con su identidad y que esto no salga a la luz pública o mi imagen y las de nuestros negocios se verán afectados.

"Vaya problema"

—¿Qué sucede aquí? —Me giro y veo a su prometida a un lado de las escaleras —. Esto es un tema personal, tú deberías estar trabajando y no aquí.

—Tatiana, no le hables así.

—Yo, me retiro, señor.

—Zoe, detente —La voz de su hermano hace que me detenga —. Edrik pide verte, ¿Puedes venir?

—¿Por qué Edrik quiere verla a ella?

—Ese no es tu problema—Le responde de manera demandante —. Ciertamente la que no tiene que estar aquí eres tú.

Se acerca, toma mi mano, me sonríe y me lleva con él entrando a la habitación de su hermano.

Al entrar se encuentra sentando en la cama, con su abdomen y parte de su pecho forrado por las heridas, me sonríe ligeramente y me ruborizó.  Entre tanto caos no había podido verlo bien y vaya que es guapo, muy guapo.

Sus facciones son igual que las de sus hermanos, delicadas, pero a la vez tan varoniles, cejas pobladas, labios gruesos y una mirada bastante intensa.

—Así que tú eras la chica que me socorrió a mitad de la noche, te llamas Zoe.

—Así es señor.

—Ni que estuviera viejo para llamarme, señor, eso déjaselo al malhumorado y viejo de mi hermano —Sonríe —. Gracias por ayudarme y no me digas señor, solo llámame Edrik.

—Está bien joven Edrik.

—¿De dónde eres? —Me pregunta su hermano —. ¿Asistes a la universidad?

—Soy de aquí, voy a la universida Manhattan.

—Una de las más caras del país —Susurra Edrik —. ¿Cómo haces para pagarla?

—Los padres de mi mejor amiga me ayudan a pagarla, gracias a ellos puedo seguir estudiando sin problemas.

—¿Cómo se apellidan ellos? —Pregunta Alexander y ya me empiezo a sentir en un interrogatorio.

—Lucero y Vicente Ford.

—¿Eres amiga de Maite? —Asiento —. Vaya, esa pelirroja es hermosa, espontánea y bastante fiestera.

"Vaya que la conoce"

—Aún no tengo el placer de conocerla—Musita Edrik—. Pero lo haré pronto.

—Tú no harás nada —La puerta de la habitación se abre —. Regresarás a Londres, apenas te recuperes.

—No puedo regresar y no lo pienso hacer.

—No te lo estoy pidiendo, es una orden Edrik.

—Tus órdenes me valen una mierda, ya no soy un niño y tú no decides en mi vida.

—Esta es mi casa, tus acciones me afectan tanto a mí como a nuestros negocios y mi vida personal también.

—Eso es lo único que te interesa —Escupe con rabia —. Tus malditos negocios y tu reputación, por eso Camila ya no está con nosotros.

—¡Cállate!

Grita completamente rojo del coraje, veo sus intenciones de acercarse a él, interfiero levantándome y colocándome frente a él.

—Ni lo pienses, es tu hermano y está herido Dante.

Su mirada me deja ver lo enojado que está, Alexander a mi lado no dice ninguna palabra y Edrik mucho menos.

—Esto no le incumbe, señorita Villanueva, apártese.

—No lo haré, si me quieres despedir hazlo, pero no dejaré que golpes a tu hermano estando en ese estado.

—Dante, es suficiente, —Su hermano lo sujeta por el brazo —. Vamos afuera, necesitas tomar aire fresco.

Me mira fijamente y no sedo ante su imponente mirada, suspira y sale de la habitación seguido por Alexander.

Me giro y veo a Edrik mirarlo duramente, suspira y niega.

—Fue mala idea venir aquí, me largo.

Veo sus intenciones de levantarse y rápidamente me acerco.

—Tú no puedes moverte de aquí —Me siento en el borde de la cama y lo detengo —. Estás herido así que ni se te ocurra una tontería.

—Si sigo en esta casa, esto se convertirá en un campo de guerra como lo ha sido en años anteriores.

—Mira Edrik, no te conozco bien, pero si quieres que sienta que hice lo correcto, por favor detente y piensa en tu salud. 

Suspira y niega.

—Lo haré con una condición, si estás dispuesta a cumplirla.

—¿Cuál?

—Que seas tú quien se encargue de cuidarme y atenderme durante mi recuperación, no pienso aceptar a una enfermera.

¿Qué?

—Edrik, yo... 

—¿Lo aceptas? 

Suspiro y ruedo los ojos. 

—Lo haré con una condición.

—¿Cuál? —Me mira curioso.

—Qué me digas quién es Camila —Su mirada cambia —. ¿Por qué tu hermano hizo la misma expresión que tú al mencionarla?

—Eso no te puedo contar Zoe, lo siento.

—Entonces yo no te puedo cuidar Edrik, lo siento.

Me levanto y siento como me toma del brazo deteniéndome.

—Está bien, te lo diré, pero esto nunca debes mencionarlo y menos decirle a alguien que te lo conté o soy hombre muerto ¿Lo prometes?

—Está bien, te lo prometo. 

Suspira, me siento a su lado y empieza a lucir inquieto.

—Camila, ella ya no está.

—¿Murió?

—Hace ocho años.

—¿Era tu hermana o tu madre?

—Era como la madre que me hizo falta, era la que le daba la alegría a esta casa, pero más que nada era la esposa de Dante y la madre de su hija.

¿Qué?

Si, SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora