Capítulo 17: Romperé Mi Compromiso

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Lo tomo de la mano saliendo de la habitación, cierro la puerta y me mira fijamente.

—No pienso tocar ese tema contigo con Edrik allí dentro y mucho menos aquí en medio del pasillo de las habitaciones de los empleados.

—Bien, entonces vamos a un lugar más privado dónde nadie nos interrumpirá.

Me toma de la mano y me lleva arrastras con él por todo el pasillo hasta salir y subir las escaleras.

—¿A dónde vamos? —Susurró mientras miro a nuestro alrededor.

"Espero nadie me vea en estas fachas matutinas y menos con él"

Supongo que vamos a su habitación, pero pasa de largo, se detiene en la última habitación, saca de su bolsillo una llave y abre entrando en ella y cerrando con seguro.

—Aquí nadie nos interrumpirá, quiero escuchar todo lo que tengas que decir.

—¿Qué diablos te pasa?, No te puedes comportar como un bruto impulsivo, menos en mi lugar de trabajo y lo más importante tu casa, ¿Te imaginas lo que pueden opinar de nosotros?

—No me interesa que se imaginen, ni que piensen, solo quiero que me expliques qué hacías en ese sitio con mi hermano, ¿Acaso te gusta Edrik, tienes algo con él?

—Claro que no tengo nada con Edrik grandísimo idiota —Espeto molesta —. Lo quiero, pero como un amigo, un hermano, tratando de que no se meta en líos, escuchándolo y entendiéndolo, no cómo tú que solo sabes reclamarle y no entenderle ni siquiera un poco.

Guarda silencio, toca el puente de su nariz y se da la vuelta caminando hacia el gran ventanal de la habitación.

Observo por un momento la habitación mirando todo a mi alrededor, hasta que mi mirada se detiene en la repisa de un mueble, hay muchas fotos, de una bebe, luego de una niña hasta que se detiene en una muy especial. Una de una pareja, el día de su boda, el hombre claramente es él, quizás más joven, más delgado y sin barba.

La mujer, es una bella chica con cabellera castaña larga, un rostro angelical y una sonrisa completamente bella que trasmite amor y paz.

—Ella es Camila, era mi esposa; murió hace unos años en vísperas de cumpleaños número 8 de nuestra hija.

Me quedo en silencio ante sus palabras, se acerca a la repisa y toma la foto extendiéndomela.

—Desde que ella murió y mi hija fue apartada de mi lado, se me dificulta dormir sin tener pesadillas con su muerte, la única forma de no tenerlas es estando borracho —Sonríe —. A veces me asusta el olvidarla, el no darle su lugar, el fallarle, por eso vengo aquí y veo cada cosa de esta habitación, porque me recuerda a ella.

—¿No crees que es tiempo de dejarla ir? —Susurro y me mira fijamente —. Nunca la olvidarás porque la llevarás en tu corazón, es la madre de tu hija, pero le fallas al cargar con aquella culpa que no te deja dormir en paz hace mucho.

—Edrik tuvo razón al decir que ella no está por mi culpa —Se queda pensativo —. Si no hubiera puesto mi trabajo por encima de ella, nada de eso hubiera sucedido.

—Eso no lo sabes —Me acerco acariciando su mejilla —. Lo que iba a suceder no estaba en tus manos, ni fue tu culpa, quizás hubieran muerto los dos y no estuvieras aquí.

—Me odio a mi mismo —Susurra —. Todo lo que más amo, lo termino perdiendo, así como perdí a Camila, perdí a mi hija y ahora me está costando recuperarla.

—La recuperarás, lo harás.

Me mira fijamente,sonríe levemente y suspira.

—Hace mucho que no hablaba de ella con nadie, siento como si he dejado salir algo que me estaba matando por dentro. Por primera vez veo sus hermosos ojos apagados, me acerco abrazándolo y luego de unos segundos responde abrazándome fuertemente.

—Estaré para ti siempre que me necesites —Susurró —. Pero debes cambiar Dante, tu hija necesitará un padre amoroso, no un padre autoritario.

Se separa de mí, toma un mechón de mi pelo y lo coloca detrás de mi oreja sonriendo.

—Jovencita inquieta, ¿Qué me has hecho?

—¡Oye! ¿Cómo que inquieta? —Me hago la indignada y ríe —. Viejo amargado.

—¿Viejo? —Ahora el indignado es él —. Tengo treinta y siete años, no estoy tan viejo y me conservo muy bien.

—¿Eso es una arruga? —Señalo aún lado su ojo, rápidamente se toca y río.

—¿Sabes algo? —Me sujeta por la cintura y me apega a él —. Este viejo te hace tocar el cielo cuando estamos juntos.

—¿Ah si? —Asiente —. No recuerdo tocar el cielo.

—Entonces te lo haré recordar en estos momentos.

Sin esperarlo, junta su boca con la mía en un beso desenfrenado, llevo mis manos a su cuello y me levanta, enredo mis pies sobre su cintura y camina conmigo hasta caer en la cama.

Sus manos me despojan de mi pijama rápidamente, mientras las mías retiran su ropa con la misma rapidez. Abre mis piernas, se acomoda en medio de ellas y entra en mí haciéndome disfrutar de la sensación de sentirlo. Se empieza a mover, arqueo mi cuerpo ante la exquisita sensación, sus manos recorren mis piernas y luego suben hasta mis pechos aparentándolos.

Empiezo a gemir ante la sensación, su mano sube sujetándome por mis mejillas y haciéndome mirarlo fijamente.

—¿Ahora lo recuerdas? —Vuelve a entrar profundamente en mí —. ¿Lo sientes?

No puedo responder su pregunta, suelto un fuerte gemido y me dejo llevar por la sensación del orgasmo.

Sigue entrando y saliendo de mí, aumenta sus embestidas para luego soltar un jadeo y caer a mi lado con la respiración agitada.

"Vaya mierda"

—¿Te encanto tocar el cielo? —Susurra a mi lado y río. —Me encanto ¿Y a ti?

—Me encanta tocar el cielo contigo —Acaricia mi mejilla —. ¿Qué me está haciendo señorita Villanueva?

—¿A qué te refieres?

—No puedo mantenerme lejos de ti, siento que pierdo la cabeza si te veo con alguien más o si te vas.

Me levanto de la cama enrollando mi cuerpo con una de las sábanas de la cama.

—Dante, ¿Sabes que hacemos mal cada vez que terminamos así? —Nos señalamos —. Eres un hombre comprometido y yo tu empleada.

—Tú eres la mujer que me ha hecho perder la cabeza, con la que me siento bien y por eso he tomado la decisión de romper mi compromiso con Tatiana.

—¿Qué?, no puedes estar hablando en serio.

—Lo estoy haciendo Zoe, es la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, no me casaré con Tatiana, romperé mi compromiso con ella esta misma noche...

Si, SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora