—¡Es un idiota!, juro que lo mataré con mis propias manos.
—Mai, ¿Qué diablos te pasa?, estás muy alterada.
—Se pasó de la raya ese idiota, ¿Se ha vuelto loco?
—¿De quién hablas?
El timbre suena, sonríe negando, se acerca a la puerta abriéndola, dejando pasar a Arturo. Veo un moretón en su rostro y eso me preocupa.
—Zoe, ¿Querías verme? —Me pregunta directamente.
—¿Yo?
—Maite me dijo que querías verme para hablar de nosotros.
—En realidad, la que necesita verte era yo —Se para frente a él —. Eres un maldito idiota.
Le da un rodillazo en medio de sus piernas golpeando sus pelotas, cierro los ojos ante el golpe y al abrirlos veo a Arturo en el suelo.
—¿Por qué lo golpeas de esa forma?
—Este imbécil se atrevió a ir ayer a la casa de Dante, amenazarlo y tratar de golpearlo, no conforme le dijo a Paulo que se alejara de mí o se las vería con él, ¿Puedes creerlo?
—¿Qué? —Espetó asombrada —. ¿Por qué hiciste eso?
—Paulo, me lo contó todo hoy cuando fuimos a cenar y te voy a advertir algo Arturo Vicente Ford Williams, si te vuelves a entrometer en mi vida juro que te mataré.
—Es un maldito que solo quiere jugar contigo y sobre todo es muy mayor para ti.
—No soy una niña y él tampoco es un abuelo, tiene treinta y seis y parece tu hermano Imbécil, si te vuelves a meter con él, le contaré a papá que te atreviste a ir a la casa de su socio para golpearlo y no conforme amenazaste a su mejor amigo.
Le da una última mirada y se marcha hacia su habitación cerrando de un portazo. Se levanta del suelo y antes de que se acerque retrocedo.
—Zoe, yo solo...
—No, no te aceptaré ninguna tonta excusa, ¿Qué diablos te pasa? No tienes derecho de hacerlo, no puedes seguir metiéndote en mi vida.
—Tenía que intentar al menos que se alejara de ti y ese idiota de mi hermana.
—No lo hará y ahora con más razón yo tampoco lo haré, Maite tiene razón, eres un imbécil.
Camino a la puerta abriéndola, entiende mi gesto, suspira y sale.Cierro la puerta de un portazo, voy a mi habitación y me cambio de ropa, tomo mi bolso y salgo de mi habitación.
—¿A dónde vas?—Necesito saber como está Dante y si aún conservo mi empleo —.Paulo me dijo que mi hermano intento golpearlo, pero dante fue más rápido y lo hizo primero. Tuvo que interferir porque de lo contrario Dante le hubiera desfigurado su bello rostro a mi hermanito.
—Arturo ha regresado insoportable, se cree mi padre.
—Nuestro querida, pero no se lo permitiré, así deba de enfrentar a papá para que lo detenga y lo mande nuevamente fuera del país.
—Necesito ver a Dante.
—¿Regresarás?
—No lo sé, de no hacerlo dormiré en mi habitación allá.
—¿En la tuya o en la de él?
—Maite, basta —Ríe —. Te veo después.
Al bajar, pido un taxi y rápidamente llego a la mansión, al bajar me recibe Braulio dejándome pasar y acompañándome a la entrada de empleados.Me encuentro allí a Lina y a Marcos, al verme se quedan extrañados.
—¿No debías regresar mañana después de la universidad?
—Si, pero debo estudiar un examen y recordé que tengo los apuntes acá, así que decidí pasar la noche aquí.
—Bueno, estás en tu día libre, aun así que puedes irte a descansar con tranquilidad, esta casa está desierta hoy.
—¿Y el señor Ivanóv?
—En su despacho haciendo algunas llamadas desde la tarde.
Se marcha entrando al cuarto de despensa, salgo de la cocina y me debato en sí, voy o no hablar con él.
Cuando estoy a punto de dar un paso, quedó helada ante una voz desconocida.
—Tú debes ser la famosa señorita Villanueva—Me giro y veo un chico sentado en las escaleras —. Debo aceptar que eres más hermosa de lo que me contaron.
Se levanta y baja lentamente por las escaleras. Su cabello es negro, ojos grises, barba y una mirada indescifrable, sería igual que la de Dante.
"Este debe ser uno de sus hermanos"
—Usted debe ser uno de los hermanos del señor Ivanóv.
—Alexander Ivanóv, pero me dicen Alex y eso de usted suena feo, me puedes tutear sin problemas.
Me extiende su mano, lo miro y dudo en dársela, pero finalmente lo hago.
—No es adecuado llamar a mis jefes por sus nombres de pila.
—Tu jefe es mi hermano, así que me puedes llamar por mi nombre sin problemas, ¿Está bien?
—Si, me puedes llamar Zoe y no, señorita Villanueva, me hace sentir extraña.
—Suena sexy, señorita Villanueva —Sonríe atractivamente —. Pero está bien Zoe, jamás pensé que mi hermano contratará a alguien tan bella y joven.
—Es una larga historia.
—¿A dónde ibas?
—Iba a buscar a... El señor Ivanóv, necesitaba hablar con él.
—Mi hermano acaba de salir y no creo que regrese pronto.
—¿Pasó algo malo?
—No, al menos no por ahora —Acaricia mi mentón —. Me caes bien, al menos mi hermano no se equivocó en contratarte, a esta casa le faltaba un toque de hermosura y dulzura.
Me sonríe y se marcha saliendo por la puerta principal. Su actitud me hace sonreír, suspiro y voy a mi habitación.
Las horas pasan y no sé si Dante ha llegado, quizás está ocupado con su prometida y yo aquí como tonta preocupándome por él.
Veo el reloj y ya es pasada la media noche, me levanto de la cama y voy por un vaso de agua a la cocina antes de irme a dormir.Cuando estoy por regresar a mi habitación escucho un ruido venir de la puerta de la cocina, me detengo, vuelvo a escucharlo y me acerco suavemente.
A medida que avanzó suavemente, escucho jadeos, me detengo en shock y dejo caer el vaso al ver a un hombre en el suelo tirado, ensangrentado, tapando la herida que trae a un costado para evitar perder más sangre.
—¿Quién eres?
—Soy Edrik.
Sonríe y sus ojos se cierran lentamente quedando inconsciente.
Mi corazón se acelera, me acerco acunando su rostro en mis manos y al tomar su pulso este cada vez está más lento.
Mis manos tiemblan y es cuando recuerdo "La primera habitación a mano derecha es la del señor Dante, seguida por las habitaciones del joven Alexander y el joven Edrik, los cuales son hermanos del señor Ivánov. "
— ¡Alguien que me ayude por favor!
Este chico es uno de los hermanos de Dante...
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Si, Señor
Storie d'amoreLibro 1 de la trilogía "HERMANOS IVANÓV" Zoe Villanueva, una dedicada trabajadora de una prestigiosa agencia de reclutamiento de mucamas y niñeras, se encuentra de repente en la calle tras un brutal recorte de personal. Desesperada, su jefa, que sie...