XIV

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Lee Minho caminó lentamente hacia la enfermería del lugar, siendo seguido por un callado ChangBin, quien se mantenía mirando sus botas negras mientras caminaban.

Lo único que tenía que hacer era esperar por órdenes de Minho, y él se encargaría de llevarlas a cabo, siempre había sido así. Nunca supo qué pasaba por la cabeza de aquel hombre, pero a pesar de todo, estaba dispuesto a dar la vida por él si hacía falta.

Al llegar a su destino, ingresaron por la puerta de metal que separaba esa habitación del pabellón de reos, buscaron al doctor con la mirada, pero al no escuchar algún sonido a demás del pitido del pulso que provenía de detrás de una cortina, dieron por hecho que no se encontraba.

Caminaron hacia la cortina y la abrieron, dejando ver a un rubio tendido en una camilla de hospital un poco menos cuidada, cómo se esperaría de una cárcel. Estaba rodeado de algunos monitores quirúrgicos, pero nada más que lo necesario.

Minho recorrió la cara del menor, no pudiendo evitar sentir su sangre hervir ante el recuerdo de lo que le habían hecho. Él no le había hecho nada a nadie en aquel lugar, joder, no merecía el trato que le daban.

Lo menos que podía hacer por él era devolverle el favor a los que le habían hecho la vida imposible allí.

Justo como habría querido hacer con su padre.

[.]

— ¿Y bien? — Ya había caído la noche, la mayoría de los reos ya se encontraban dentro de sus celdas, pero como cada viernes, Minho y su equipo se reunían en una de sus celdas para hablar de temas que sean de importancia, en este caso.. — ¿Cómo está ricitos? Escuché que está inconsciente.

Como era de esperarse, Felix ya parecía estar bastante enterado de aquel tema.

— Dios, Yongbokkie.. pareces una vieja chismosa — BangChan, quien había echo el comentario, recibió un manotazo en el hombro.

— Alguien se tiene que enterar de todo aquí, ¿de acuerdo? Sino, ¿cómo sobreviviríamos? — lo miró ceñudo. — ¿O acaso te tengo que recordar que gracias a mí tu estúpido trasero aún caga todas las noches?

— ¡Ya! ¡Yo también tengo cosas que tú-!

— ¡Ya cállense los dos! — ambos aludidos callaron al instante ante el grito de Minho, que parecía bastante molesto debido a su ceño fruncido, es decir, ¿En serio tenían que pelear cada vez que se veían? Aún le sorprendía que aquella relación tan particular les haya durado dentro de esos muros — Parecen dos niñitas discutiendo por un Puto juguete, coño.

Ante el silencio que recibió, carraspeó su garganta, decidiendo hablar sobre el tema que deberían haber comenzado a tratar hace varios minutos.

— Como ya saben — miró con bastante detenimiento a uno entre sus tres colegas, alzándole las cejas — hay un tema que me ha estado fastidiando durante un tiempo ya. Y creo que es de importancia tratarlo.

— Si, si, ricitos, ve al grano — descartó el menor dando manotazos al aire, recibiendo una mirada de reprimenda de parte de ChangBin.

— Hay un grupo en específico que decidió atacarlo ayer por la noche, y llegó moribundo a nuestra celda. La verdad es algo que normalmente ignoraría, porque siempre es provocado por una pelea o algo por el estilo— Frunció el ceño — pero no es así, Jisung no ha provocado ninguna pelea y parece alguien que no es capaz de defenderse en lo más mínimo, díganme, ¿Es Justo? — Felix abrió la boca para responder, pero fue interrumpido — no, no lo es.

— Así que vamos a devolverle lo que le hicieron, ¿no? — completó ChangBin.

— Si, tal vez así ya dejarán en paz a Jisung.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora