XXXVII

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— Me enteré que Hyunjin pasó por acá ayer, ¿Hablaron de algo? — Preguntó Changbin mirando el techo fijamente acostado en la litera superior de la celda de BangChan y Felix, quienes por el momento no se encontraban con ellos.

Minho fijó su mirada en el perfil del otro, tuvo que subirla pues él se encontraba en la cama de abajo del lado contrario, simplemente se encogió de hombros a pesar de que sabía que no podía verlo.

— Es sobre JeongIn — tras oír aquello Changbin volteó a mirarlo con el ceño fruncido — Ha vuelto a hacer de sus berrinches amorosos sin sentido, no le agrada Jisung.

— Pensé que él había cambiado, ¿no fue así? — Inevitablemente la noticia le había sorprendido, miraba a Minho con bastante desconcierto mientras éste negaba con la cabeza.

— Fingió hacerlo, pero ese mocoso no ha cambiado después de todo — gruñó — Y si es así, no dudará en hacerle algo a Jisung.

— ¿Qué vas a hacer?

— Primero hay de deshacernos del primer problema que tenemos en frente: Jimin. Con él rondando por acá no podemos hacer mucho gracias a su constante amenaza, ya luego veré cómo arreglo lo de JeongIn — suspiró cansado — Lo que realmente me preocupa ahora es ricitos.

— Hablando de Jisung — Changbin Los miró con una sonrisa ladina — Félix me contó que los vio bastante.. juntos en los baños.

— Ni me lo recuerdes — Gruñó — Interrumpió un momento importante ¡Jisung estaba a punto de perdonarme!

— Si con perdonar te refieres a comerse en los baños — Se alzó de hombros — Supongo que si.

Recibió una mala mirada de Minho, lo que lo hizo reír por lo bajo.

— Ya pero en serio, ¿Qué te traes con Jisung? — Alzó una ceja — Nunca habías ido tan lejos por alguien.

No recibió respuesta alguna, Minho se había quedado en silencio mirando la pared de enfrente. Pero estaba equivocado si pensaba que se iba a rendir con tanta facilidad, ya basta de misterios.

Minho, si vas a arrastrar a Jisung con nosotros tienes que estar seguro de qué es lo que quieres, ¿O acaso es otro de tus juegos? — Supo que sus palabras captaron la atención del otro, pues Minho lo fulminó con la mirada tras aquello último.

— Él no es un juego, nunca lo será — Dictaminó, no iba a dejar que pensaran de Jisung como un juguete.

— ¿Entonces? Si no es un juego, ¿qué es? ¿Por qué te aferras tanto?

— No lo entenderías— desvío su mirada, no quería seguir con aquella conversación, nunca había confesado sentir algo por alguien en todos sus años en la mafia, tampoco era como si hubiera sentido algo por alguien antes, todas sus relaciones pasadas no habían sido más que cosas de una noche para satisfacer sus necesidades, pero nada más allá.

Ni si quiera estaba seguro si aquello que sentía era amor, solo sabía que no podía dejar de pensar en el peli rubio de cachetes grandes, en sus ojos que brillaban con cierta inocencia pero que seguro escondían algo. Desde el primer día supo que algo era diferente, desde la primera mirada sabía que aquel peli rubio iba a cambiar las fichas de su juego.

¿De eso se trataba el amor? ¿De no querer dejar ir a esa persona? ¿De querer protegerla a toda costa para que nada ni nadie le hiciera daño?

Si era así, estaba jodido.

— Si me explicaras tal vez podría entenderlo — reprochó el peli castaño. — Tu sabes que te apoyaré en lo que sea, pero le he agarrado suficiente cariño al mocoso como para dejar que le hagas daño.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora