VI

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Luego de unos largos segundos para Jisung, Minho se movió de su lugar acercandose al cuerpo sin vida para mirarlo mejor, se agachó pues la poca iluminación no ayudaba a poder detallar sus facciones ya destrozadas, pero Minho pareció identificar de quien era el cuerpo.

Dudoso, Minho miró de reojo al rubio que se mantenia congelado en su lugar con una cara de horror. Temblaba, sus manos se movian sin parar como si se estuviera muriendo de frío, pero en este caso, de terror.

Regresó su mirada al cuerpo y segundos después se levantó, caminando de regreso donde Jisung se mantenia mirando fijsamente el cuerpo inerte.

— Regresa a la celda, la ducha se pospone. — Minho miró a Jisung lleno de seriedad, y eso procupó mucho más a Jisung. ¿Acaso sabia qué habia sucedido? Su cambio de humor habia sido repentino.

Pero Jisung no cuestionó su orden, asintió repetidas veces y aun con sus piernas tambaleantes y unas nauseabundas ganas de vomitar, salió de los baños dirigiendose rapidamente a su celda.

Por otro lado, Minho salió de los baños, pero no para ir a las celdas, bajó las escaleras hasta llegar a la planta baja y se dirigió a un lugar donde sabia se encontrarian varios guardias, entre ellos, a un buen compañero suyo. Caminó hasta llegar a una de las rejas y allí llamó a un guardia que se mantenia en su turno nocturno. Este lo miró confundido sin saber qué habia un reo fuera de su celda, así que autoritario se acercó a la reja dispuesto a darle su merecido por no seguir el horario.

Pero claro, sorpresa fue la que se llevó al ver de quién se trataba, todos allí sabian muy bien quien era aquel hombre de pelo negro, mirada gatuna y amargada. Sin más opcion, se acercó con pasos dudosos hasta quedar a menos de dos metros.

— ¿Q-Qué quiere, Señor Minho? — preguntó con temor, cualquier palabra en falso y su vida acabaría ahi mismo.

— Lee para ti, idiota. Quiero que me lleves con Yang — Respondió de mala forma.

— P-Pero usted no está-

— No es una pregunta, maldicion. Llevame con Yang, ¡ahora! — Dijo entre dientes, aquel chico habia logrado acabar con su paciencia, que se sabia, era poca. Y si ese niño no lo llevaba con IN, se meteria en graves problemas.

— D-de acuerdo — Y sin decir nada más y con manos temblantes, tomó las llaves en su bolsillo y abrió rapidamente la reja. Sabia que la habia cagado y si queria conservar su vida, no deberia volver a cuestinar a aquel reo en su vida

Sin esperar más, Minho siguió su camino por los pasillos que se sabia de memoria, hasta llegar frente a una puerta, la abrió y alli se encontró con una oficina completamente ordenada y pulcra, en medio de ella un escritorio y un chico sentado en una silla frente a él. Este elevó su vista de su computadora al hombre que habia entrado de golpe a su oficina sin permiso, pero se quedó callado al ver de quien se trataba.

— ¿Qué haces aca a estas altas horas de la noche, Min? — Se restregó la cara, estaba cansado y no queria tener que lidiar con el peli negro en esos momentos, ¿Acaso no se podia esperar a la mañana?

— Si, yo tambien extrañé verte, gracias por preocuparte Yang — Rodó los ojos, tomando asiento frente al escritorio, seguido de una mirada reprochante de su compañero.

— Si, bueno, ¿a qué se debe su tan maravillosa visita, Minho? —Se acomó en su silla, tomando una postura mucho más seria, pues Minho no solia ir por las noches a su oficina, y si lo hacia, era por algo de importancia, o solo eran ganas de joder.

— Encontré un cuerpo en los baños hace unos minutos — Directo al grano, como era de esperarse de Minho. — Deberias irlo a ver, es un caso un poco.. peculiar. Creo que te gustará. — sonrió ladino, sabia muy bien que ese tipo de escenas no le gustaban a IN.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora