XX

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Pasaron varios minutos en aquella posición, Minho rodeando con cuidado el cuerpo del menor esperando pacientemente a que su llanto calmara.

No paraba de pensar razones por las que Jisung pudiera estar en ese estado, pues si mal no recordaba, la ultima vez donde había visto a Jisung fue en su celda y éste le había dicho que no iba a salir ya que debía guardar reposo.

Entonces, ¿Qué había sucedido? La lengua le picaba por preguntar, pero sabía que no era el momento correcto. No le quedaba más que esperar a que el rubio hablara por su cuenta.

Al pasar unos minutos sintió al menor removerse, hasta separarse con la cabeza gacha.

— L-lo siento — murmuró, limpiando sus lágrimas con su brazo, negándose a ver al mayor a los ojos, de reojo miró la camisa del otro mojada por su llanto y no pudo evitar sentir vergüenza ante aquello.

Minho se percató de aquello; así que, lo tomó de la barbilla para alzar su mirada y que fijara sus ojos en los suyos en un intento de calmarlo.

— Ya estás bien — le dijo en voz baja — Estás conmigo y nadie te puede hacer nada mientras yo esté. — acarició gentilmente la mejilla sonrojada por el llanto del otro, transmitiéndole la mejor calma que podía.

Jisung respiró profundo, terminando de calmar su respiración, siendo ayudado por los mimos que el mayor le estaba dando, sin percatarse de lo cerca que se encontraban del otro.

Cerró los ojos, no pudiendo evitar sentirse seguro entre los brazos del mayor, ignorando por completo el hecho de que era un prisionero y pran de una de las prisiones más peligrosas de Corea, que no sabía la razón por la que había sido sentenciado a cárcel o cuales habían sido sus delitos en el pasado.

Pero esos eran detalles que no eran de importancia ahora.

Solo quería que no se apartara de él, que lo mantuviera entre sus brazos tranquilizando ese malestar que no hacía nada más que crecer dentro de su pecho, y aquellos recuerdos que no hacían nada más que perturbar su mente.

Abrió sus ojos, encontrándose con la mirada atenta del otro a tan solo centímetros de su rostro, más no percatándose de ello.

— ¿Ya estás tranquilo? — murmuró.

Jisung asintió suavemente, sintiendo los dedos del mayor recorrer su mejilla con gentileza, manteniendo su mirada fija en la del otro.

— ¿Qué pasó, ricitos? — mantuvo su tono de voz lo más bajo y tranquilo posible, intentando no sonar demandante. — Sea lo que sea, yo te puedo ayudar.

Jisung dudó, formando una mueca con sus labios, no sabiendo si debía contarle sobre su sueño o no, porque después de todo, era solo un sueño, ¿cierto?— Por más mínimo que creas que sea, puedes contármelo— insistió — y yo intentaré arreglarlo.

El menor mordió sus labios, recordando, pensando si en verdad era de gran importancia, solo había sido una absurda pesadilla, solo eso. Pero aún así, sentía que debía decirle, que podía confiar en Minho.

— S-solo fue una pesadilla — empezó a decir, desviando la mirada. — Es una tontería...

— No creo que una "tontería" sea algo que te haga encerrarte en el baño llorando desconsoladamente — le dijo, evitando por completo el hecho de que había visto los rastros de vomito en el lavabo y lo pálido que lo había encontrado. — Cualquier cosa que sea, no puedo considerarlo una tontería.

Jisung tragó saliva, aquellas palabras lo habían tranquilizado, pues tenía ese leve temor de que considerara que había llorado solo por una "pequeña" pesadilla.

Soltó un suspiro, decidiéndose.

— Fue extraño — comenzó a decir — estaba en una habitación, y había un hombre sobre mi, apresándome contra el suelo — sus bellos se erizaron ante el simple recuerdo de aquel señor. — no podía moverme y el hombre m-me tocaba por todas partes, un niño le gritaba desde una esquina para detenerlo, no tenía rostro.. — tomó aire, sintiendo que el pecho se le oprimía y el oxígeno costaba llegarle a los pulmones — E-el hombre se levantó y fue a golpear al niño, antes de que lograra alcanzarlo, vi a mi madre muerta en otra esquina.. H-había mucha sangre r-rodeando su cuerpo — se interrumpió, su respiración entrecortandose— l-luego me desperté y me s-sentí asfixiado, c-como si lo que acababa de soñar hubiera pasado en verdad, m-me sentí asqueado..

Fue interrumpido por los brazos del mayor rodeándolo y acercándolo a él, abrazándolo. Sin darse cuenta estaba llorando de nuevo, ¿En qué momento se había convertido en alguien tan llorón?

— Ya.. todo está bien — escuchó la voz suave del mayor susurrar en su oído, junto con su mano acariciando su pelo delicadamente. — Estás conmigo, nada de eso ocurrió.

Jisung asintió a sus palabras, intentando calmarse nuevamente, regulando su respiración y tomando aire pausadamente, notando por primera vez el olor leve a colonia que tenía el mayor en su camisa, era fresco, relajante.

Se quedó allí por unos minutos más, hasta que sintió como era alzado repentinamente entre los brazos del otro, soltó un jadeo de sorpresa, sujetándose fuerte del cuello del otro para no caer.

Minho tomó asiento en una de las bancas del baño, dejando a Jisung sobre su regazo, recostando la cabeza del menor en su hombro como un pequeño Niño. Nunca quitando su mano de la cintura del otro y la otra que permanecía haciendo mimos en el cabello del menor.

Jisung no supo cómo reaccionar, sintiéndose sumamente avergonzado de estar en aquella posición con el mayor, más no pudiendo negarse a los mimos que éste le estaba dando.

Pasaron minutos y empezó a sentir sus ojos pesados, hasta que la voz de mayor interrumpió su inminente sueño.

— De casualidad.. — carraspeó, sabiendo lo mucho que esa pregunta incomodaría al menor — ¿No recuerdas el rostro de aquel hombre..?

Y estuvo en lo correcto, Jisung salió de su escondite para mirarlo a los ojos.

— Si.. — Volvió a posar su cabeza en el hombro del otro, no queriendo verlo a los ojos, su nariz rozando ligeramente su cuello. — tenía el cabello azabache, sus ojos tan oscuros como su pelo.. — suspiró, su aliento haciendo cosquillear al mayor — arrugas en las orillas de sus ojos y de sus labios, mejillas abultadas y también tenía un bigote. — guardó silencio por unos segundos — Eso es todo lo que recuerdo.

El mayor asintió, guardando silencio por unos minutos, continuando con sus mimos en el pelo del otro. La respiración ya calmada del otro le hacía cosquillas en el cuello, y cuando quiso decirle algo, notó que se había quedado dormido.

Soltó un suspiro, no quedándole de otra que llevarlo a su celda.

Ya luego se encargaría de pensar las cosas más a fondo, por ahora, solo se centraría en cuidar al menor.

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¡Feliz navidad y Año Nuevo! Espero que la hayan pasado muy bien y hayan comido muy rico jeje.

Acabo de llegar de mi viaje, por eso no pude actualizar antes oops🥹

Honey~

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora