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Advertencia: contenido explícito, uso de vocabulario fuerte y descripciones grotescas que pueden no ser del gusto de todos, por favor leer con discreción.

Abrió sus ojos con pesadez mientras limpiaba un hilo de saliva que había escurrido de la esquina de su boca.

Aún algo desorientado se levantó de la cama sintiendo una leve incomodidad en su brazo herido que ya empezaba a mejorar. Intentó estirarse pero al hacerlo frunció el ceño ante el extraño dolor que se estaba posando en su brazo. Se preguntó qué había causado aquel malestar hasta que posó su vista en la pequeña mesa metálica al lado de su cama, el blíster de pastillas estaba vacío, mierda, se le había olvidado tomar las pastillas para el dolor.

Se quejó en voz baja, no podía creer que se le haya olvidado algo tan importante.

Se decidió por ir a la oficina del señor Im para que le diera una nueva caja de pastillas, realmente no quería que el dolor aumentara.

Iba caminando por un pasillo cuando pudo ver el atisbo de la cabellera rosada de Jimin cruzar la esquina, una sonrisa atravesó su cara y aceleró el paso para intentar alcanzar al otro, hacía ya algunos días que no hablaba con Jimin y la verdad estaba empezando extrañar sus repentinas apariciones en los pasillos.

Cuando por fin cruzó la esquina estuvo a punto de llamar su nombre, pero de inmediato cerró su boca cuando vió más a lo lejos a Minho. Por acto de reflejo se escondió, no podía creer que se le había olvidado que Minho iba a visitar al doctor Im ese día.

Pero frunció el ceño, Minho y Jimin no se llevaban bien, ¿Cierto? Ellos dos solos en un pasillo desierto no debía ser buena señal.

Una parte de él le decía intervenir para evitar problemas, pero otra le decía que se callara y escuchara la conversación, tal vez así descubriría quién era el verdadero mentiroso, si es que realmente había alguno.

Fue una batalla mental que perdió cuando escuchó la voz de Jimin a lo lejos, a la mierda, no quería seguir en la incertidumbre.

Se mantuvo callado escuchando atentamente, y si él pensó que estaría preparado para escuchar la verdad, en ese momento se dió cuenta que no era así.

Su piel se erizó cuando pudo escuchar a Jimin hablar en un tono que nunca había escuchado, toda la amabilidad y calidez de su voz había desaparecido para dejar una voz completamente fría y monótona, casi podía sentir el resentimiento en ella.

A medida que los segundos pasaban y la conversación continuaba, podía sentir como su pecho se estrujaba cada vez más ante la verdad que estaba siendo desvelada. Las palabras que Jimin le estaba dirigiendo a Minho en esos momentos no podía creerlas, era como si estuviera escuchando a una persona completamente diferente a la que había conocido.

La realidad le cayó como un balde de agua cuando se dio cuenta que Minho nunca había mentido, todo lo que había dicho era cierto. Llevó ambas manos a su boca a la vez que sus ojos empezaban a picar por las lágrimas que amenazaban con salir cuando Jimin mencionó su nombre con desprecio y burla, había sido todo un juego y había caído en él como un idiota.

Pudo escuchar los pasos de alguien, no podía saber lo que estaba pasando pues su cuerpo estaba congelado en su lugar como para asomarse y mirar, estaba temblando y su pecho se oprimía haciéndole sentir que le faltaba el aire.

Se alarmó cuando escuchó un golpe seco y seguido de ello un quejido.

Mierda, mierda, mierda.

Un escalofrío recorrió toda su columna, de repente sintiendo una sensación de miedo intenso oscurecer sus sentidos. ¿Qué estaba pasando? Tenía que ayudar a Minho, él estaba herido y no podía defenderse. ¿Por qué no podía moverse? Miró sus manos temblorosas, el sonido de los golpes y su propia respiración alterada siendo lo único que podía escuchar.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora