II

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Supo que era la hora de irse en el momento que escuchó la reja de metal abrirse, en el momento que el oficial lo tomó del brazo, obligandole a moverse, pues su cuerpo parecia no querer responder a sus pedidos. Durante la noche habia hecho todo menos descansar, pues cada vez que cerraba los ojos los recuerdos de aquella tarde volvian a él, atacando sin piedad y acabando con la poca estabilidad que tenía.

Al salir de la pequeña celda logró divisar a Seungmin esperando en una habitacion, y supuso que esa seria la ultima vez que vería a Seungmin fuera de rejas. El oficial le habia quitado las esposas una vez lo sentaron a un lado de la mesa, su abogado estando del otro lado, de frente.

— Logré convencer al juez que me dejara hablar contigo antes de que te vayas — Su mirada parecía cansada, pero a la vez preocupada — Te quería aconsejar sobre el lugar en el que vas a estar, Jisung. Tienes que cuidarte. — Suspiró, reacomodandose sobre la silla — Trata de no buscar problemas, allá hay gente muy mala, ellos serán capaces de hacerte lo que sea, así que Jisung, cuidate lo más que puedas, y trata de evitar a los más grandes.

Jisung trataba de seguir cada palabra que decia, pues sabia muy bien que Seungmin le tenia mucho aprecio, y que tal vez aquello le serviría de ayuda, pues tenia muy en cuenta que la carcel no era como lo pintaban las peliculas.

— Trataré de sacarte de ahi lo mas pronto posible Jisung, solo, no te rindas, ¿Si? — Y con eso, el tiempo de charlar se habia acabado, y con ello, sus muñecas volvieron a ser sujetadas por esposas.

Los oficiales lo llevaron hasta una camioneta negra, la cual lo llevaría por un viaje de 2 horas hacia su nuevo "hogar", que muchos llamarian infierno.

Sin decir ni una sola palabra, sin hacer algún movimiento o mueca, solo respirando; así se mantuvo Jisung en todo el viaje. Solo recapitulando su vida, el como habia llegado a esta situación y el como sería su vida de ahora en adelante.

¿Cómo sobreviviria en la carcel? él no sabia nada, ni como defenderse, ni como actuar al rededor de todas aquellas personas, solamente rogaba que no fuera tan dificil a como se lo imaginaba, que no fuera tan horrible. Sino, sería una simple carnada al rededor de miles de depredadores, un simple pedazo de carne.

Habian tantas cosas en las que pensar, pero a la vez tan pocas. Sentia que se estaba volviendo loco.

Jisung se sentia despegado de la realidad, un vacio le inundaba el pecho al mismo tiempo que una opresion amenazaba con arrancarle el corazón. El clima tampoco parecia ayudar, pues nubes grises se posaban en el cielo, burlandose de su vida.

No pasó mucho tiempo (para Jisung) cuando el carro dejó de moverse y dos oficiales le abrieron la puerta para escoltarlo dentro de la gigantesca infraestructura. Pasillos completamente grises, piso de cemento y luces que le hacian cerrar los ojos de lo fuertes que eran, ese fue su trayecto, hasta que entraron por una reja y alli adentrarse en una habitacion amplia, dentro una mujer uniformada le esperaba con una cara de pocos amigos.

Los policias le soltaron las muñecas y le indicaron pararse en el medio de la habitacion.

— Quitate la ropa — Jisung se quedó confundido ante la peticion, no entendia que estaba sucediendo — ¿Estas sordo acaso? ¡Que te quitas la ropa, joder!

su cuerpo tembló ante el fuerte grito de la mujer, y aún titubeando se quitó la ropa rapidamente, hasta quedar en ropa interior, con miedo, posó sus manos sobre su parte inferior.

— ¿Acaso te da pena? Anda, la ropa interior tambien. — ante aquella orden, y con mucha verguenza y temor, se quitó su ultima prenda, aun sin saber para qué necesitaban aquello. — Pon toda tu ropa en este recipiente, y luego vuelve a tu lugar — Jisung rapidamente tomó la ropa tirada en el piso, escuchando risas detras suyo, sabiendo que aquellos oficiales le estarian mirando fijamente sin ningun pudor. — ¡Anda! ¡que no tengo todo el dia, coño!

Desnudo y con sus mejillas completamente rojas de vergüenza, caminó hasta en frente de la mujer y colocó su ropa en el recipiente que se posaba en una mesa, dejando alli tambien toda su dignidad.

— Bien nene, ahora colocate allí, te inspeccionaré en caso de traer algun tipo de polvo o sustancia no permitida — La mujer se acercó a él, colocandose unos guantes de latex. En ese momento Jisung no supo qué se supone que iba a inspeccionar, si se suponia que estaba completamente desnudo. Pero supo que debía temer en el momento en que la mujer esbozó una pequeña sonrisa mientras se acercaba y se colocaba detras suyo.

No hubo advertencia, y juraba que podria haber gritado del dolor al sentir como los dedos de la mujer se introducian en su ano sin ningun tipo de gentileza, sus ojos se aguaron por milesima vez en esa semana, sintiendo un intenso ardor en la zona.

No pasaron más de 10 segundos, pero para Jisung parecieron eternidades, hasta que la mujer sacó su dedo, asintiendo hacia los dos oficiales que veían con total atención la escena, divirtiendose y riendo antes los quejidos del rubio.

— Está libre, ya pueden darle la ropa — La mujer salió de la habitacion, no sin antes llevarse el recipiente con su ropa y anotando algunas cosas en una hoja. Dejándolo solo con aquellos oficiales que parecían querer comerselo con la mirada, y eso hacían a Jisung temblar de temor.

Se quedó ahi parado, sin saber qué hacer, jugando con lo dedos de sus manos y la cabeza baja, sintiendo su culo arder, aguantando las inminentes lagrimas que amenazaban con salir por milesima vez en días. Apretó sus puños, sintiendose incompetente, deseando que nada de esto hubiera pasado y poder estar feliz en su casa, junto al calido amor de su madre, a punto de ver alguna pelicula que su madre le habria obligado a ver.

Pero supo que eso solo se haría realidad en sus sueños en el momento en que los guardias se acercaron hacia él con la ropa en sus manos, se la tendieron, no sin antes apretar una de sus nalgas lacivamente, con una sonrisa en sus caras.

— Aqui tienes nene, ponte esto antes de que destroze ese pequeño culo que tienes — uno de ellos susurró en su oreja, haciendole temblar y querer llorar ahi mismo. Se alejaron dandole una ultima mirada de arriba a abajo.

Jisung se puso la ropa rapidamente entre temblores, era la típica ropa naranja que se veía en todas las peliculas con un jersey blanco debajo por la temporada fría que se acercaba. Una vez terminado, ambos oficiales lo escoltaron a través de otra puerta, volviendo a caminar por un largo pasillo.

Pasados unos 5 minutos de caminar y pasar entre varias puertas de rejas llegaron a lo que seria, su nuevo "hogar".

Y ahí, su infirerno solo comenzaba.

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Honey~

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora