XXXVI

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Sus pies se movían por si solos a paso rápido sin rumbo determinado, mientras se alejara de la escena que acaba de presenciar estaba bien.

No podía creer lo que había estado a punto de suceder, el simple hecho de que habría dejado que aquello pasara hacía que sus mejillas se coloraran y su corazón se acelerara.

Si Félix no hubiera estado ahí..

Sacudió su cabeza alejando aquellos pensamientos, debía estar loco si pensaba que aquello era buena idea, es decir, era Lee Minho, no debía traer algo bueno besarlo, ¿Cierto?

La imagen de su cara acercándose a la suya reapareció en su cabeza recordándole de nuevo lo que habría sucedido si Félix no hubiera entrado a los baños. Sintió como su estómago se revolvía en una sensación de vértigo ante aquello.

Llegó a la celda y se tiró sobre la cama, aún no pudiendo creerlo, con su brazo sano se cubrió los ojos, sin darse cuenta de la sonrisa que decoraba su cara.

— ¿Por qué Minho-?

— ¿Haría eso? — terminó de decir en su cabeza al perder el habla.

Para él las actitudes y acciones de Minho siempre habían sido un misterio, ni si quiera sabía la razón por la que él lo protegía, pero aquel encuentro había estado más allá de todo lo que había sucedido antes, no había comparación.

No quería hacerse ilusiones y por eso siempre se había mantenido lo más a raya posible con respecto a sus sentimientos y emociones, pero ahora parecían a rienda suelta en su pecho haciendo estragos y confundiéndolo.

Quitó el brazo de sus ojos y los abrió fijando su mirada en el techo de su cama, un pensamiento en específico manteniéndose en el centro de su cabeza.

Debía estar loco.

Aquello era imposible, el simple hecho de pensarlo debía ser ilegal.

Despejó aquel pensamiento, negándose a reconocerlo pero muy en el fondo sabía que no podía negarlo.

[.]

Dejó salir un suspiro desganado cuando vio salir la cabellera rubia de Jisung por la puerta de los baños, ahora posando su mirada reprochable en el peli plateado que lo miraba sorprendido.

— Tu.. — sus palabras no parecían salir de su boca, por lo que intentaba terminar su oración con señas, sus manos señalándolo a él y luego la puerta por la que había salido Jisung — ¿Acaso..? ¿Acaso estabas a punto de..?

Minho rodó los ojos y le dió la espalda, no estaba dispuesto a darle explicaciones a alguien que había arruinado un momento tan importante.

Félix pareció darse cuenta de aquello así que carraspeo y extendió un suéter que tenía entre sus manos.

— Bueno.. vine a traerte el suéter que me pediste — sin decir nada, Minho agarró el suéter, dirigiéndole una mirada helada antes de ponérselo con cuidado.

— ¿Sabes algo de Park?

El cambio de tema lo tomó por sorpresa, pero no tardó en recomponerse.

— Hace unas horas fue visto entrando a una habitación de la cual dos hombres salieron tiempo después, debe estar tramando algo.— respondió, siguiendo a Minho cuando este empezó a caminar hacia afuera de los baños.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora