XXIV

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Al día siguiente lo primero que Jisung hizo al abrir sus ojos somnolientos fue mirar a su lado, hacia las literas donde Minho y Changbin supuestamente deberian dormir, pero no encontró a nadie.

No los había visto en todo el día anterior, ni a ellos ni a Felix y Bangchan. Pensó que de seguro estarían ocupados haciendo algo, lo que sea que los lideres de la prision hicieran, pero normalmente ellos siempre volvían por la noche, y esta vez no lo hicieron, ni por un minuto.

Realmente no quería pensar en ello, pero no podía evitarlo, no podía evitar pensar en el peli azabache y en lo que podría estar haciendo, aunque no le incumba.

Se incorporó en su cama, recordando todo lo sucedido la noche anterior. Miró a su izquierda, y empeszó a rebuscar algo detrás de su almohada, justo al borde de la cama. Sintió algo sólido y frío contra sus dedos y lo tomó, el cuchillo que había conseguido ayer entre sus manos, aún algo sucio de sangre, pero no podía hacer mucho por ello, pues no estaba seguro de ir con un cuchillo hacia los baños, no se arriesgaría.

Jimin le había enseñado ese lugar para esconderlo, dijo que ningún guardia revisaría en ese lugar en busca de armas, núnca lo hacían.

Regresó el cuchillo a su lugar, asegurándose de que no quedara rastro de él y se levantó, la alarma aún no habia sonado, por lo tanto aún no estaba permitido salir de las celdas. No le quedó de otra que esperar el tiempo restante, el cual no sabía pues no había algún reloj que le diera la hora.

Suspiró, hoy era viernes, debía ir a visitar al doctor Im para que le cambiara el vendaje de su brazo. No podía esperar al momento en que por fin su brazo sanara, no sabía cuánto más soportaría sin poder usar su brazo con normalidad.

Aún dolía, pero no tanto como los primeros días, al menos ya podía realizar varios movimientos sin sentir una incómoda punzada por todo su brazo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuándo las bocinas de lugar notificaron la hora del desayuno, con rapidez se levantó de la cama, apresurándose a llegar lo antes posible, no quería tener que lidiar con un montón de reos empujando desesperados por quién llegaría primero a la fila.

Ingresó al comedor, notando que aún se encontraba vacío. Tomó su bandeja y se sentó en la mesa central, como había empezado a hacer últimamente. Esperaba poder ver a Minho por alguna parte, siempre se lo encontraba en el comedor de alguna u otra forma, no es posible que no estuviera allí por dos días seguidos, ¿cierto?.

Sintió una presencia posicionarse detrás de él, y sonrió ante el pensamiento de que sería el peli negro. Se volteó en seguida, y no pudo evitar sentirse algo.. desepcionado cuando vió a un peli rosado posarse frente a él con una sonrisa.

— ¡Buenos días! — Dijó el chico, no esperando invitación y sentandose con entusiasmo junto al peli rubio — ¿Cómo está mi Hannie?

— ¿Hannie? — frunció el ceño ante el repentino apodo.

—¿No te gusta? Queda bonito — Lo miró poniendo toda su atención en él, y no supo qué responder, hacía mucho tiempo que alguien lo llamaba así, no supo cómo sentirse ante ello. —Perdón, no quise..

— No, No, está bien, solo me sorprendió — Soltó una pequeña risita.

— Tú puedes llamarme Jiminie hyung si gustas, aunque no sé si sea mayor, ¿cuántos años tienes?— El chico de cabellos rosados tomó un bocado de su comida — Wow.. esta comida.. es asquerosa.

Jisung no pudo evitar soltar una risita ante la cara que puso el otro, había arrugado tanto el ceño que parecía una papa arrugada.

— No te burles — Sacó su lengua, aun disgustado — No pensé que la comida acá sería de tan mal gusto.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora