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Cuando lo pensó bien, calló en cuenta.

Ese hijo de puta estaba ahí para matarlo, no había ninguna otra razón para que estuviera en esa prisión.

Minho mostró su mejor sonrisa.

Debido a la forma en la que aquel peli rosado lo miraba, supuso que aun no lo había reconocido, por lo que aun tenía tiempo para pensar bien qué debía hacer, así que fingir que no tenía ni la menor idea de quien era Jimin era su mejor opción por ahora.

— ¿Hace cuánto se conocen? — preguntó, llamando la atención de ambos.

Recibió una mirada desdeñosa del peli rosado que Minho notó enseguida ¿Acaso estaba celoso de él? Ja, si tan solo tuviera idea..

— Desde hace una semana, más o menos — respondió el pelirosado por Jisung, quien se habia quedado a medias de responder. — Y somos muy buenos amigos, ¿No es así, Hannie?

Jimin tomó al menor del brazo derecho y tiró de él, completamente inconsciente de que aquel era el brazo malo del menor, por lo que Jisung se quejó en voz alta por la punzada que aquella acción causó.

Minho no tardó ni un segundo en acercarse al menor y preguntar preocupado si estaba bien, dedicándole una mirada mordaz al peli rosado, claramente diciendole que se largra de allí en ese momento, pues su paciencia se había acabado en el segundo en que deliberadamente jaló del menor sin cuidado alguno.

— Estoy bien — Dijo Jisung, notando la mirada que el mayor le daba a su amigo, preocupado de que Minho empezara una pelea con Jimin — No fue nada, solo fue la sorpresa — Le dedicó una sonrisa al mayor, esperando que aquello fuera suficiente para calmar su humor.

El otro asintió, diciendise a sí mismo que estaba bien, que no tenia que exagerar por una pequeñez, pensar en frío.

Jisung miró al mayor enderezarse, ahora dándose cuenta de unos vendajes que se asomaban por el corte del cuello de su camisa. Con sorpresa abrió los ojos, ahora recordardo el golpe que le habia dado no hace mucho y el quejido adolorido que el mayor habia soltado, Dios, que descuidado había sido.

— ¿Qué te pasó? — Preguntó casi sin aliento por la sorpresa, por alguna razón desconocida sus ojos se aguaron, mirando al mayor con los ojos bien abiertos. — ¿Estas herido?

Minho miró detrás de la espalda del menor, directo al pelirosado que lo miraba con mala cara, casi que soltando cuchillas por los ojos. Al devolver la mirada, vió como Jisung se encontraba al borde de las lagrimas de nuevo.

— No puedo hablar de eso aqui, ricitos— Dudó en hablar, no podía revelar que había estado fuera de la prision, no frente a una de las principales razones por la que lo había hecho. Con una mirada, Jisung entendió. — Tengo que ir al consultorio, ¿Me acompañas?

Y no necesitó decir nada más, porque Jisung enseguida asintió, despidiendose fugazmente del peli rosado antes de emprender camino junto con el mayor.

Jimin se quedó mirando con resentimiento la espalda de aquel hombre, pensando mil formas de asesinarlo por haber robado la atención del rubio. Bufó, ahora intentando pensar de dónde conocía la cara de aquel tipo, pues se le hacía terriblemente familiar.

Rebuscó entre sus recuerdos algún indicio de aquellas facciones. Tenia un leve mal presentimieento, como si se le estuviera pasando algo por alto, pero sin lograr encontrar qué. Mierda, debía haber prestado más atención cuando su padre le habló sobre sus objetivos dentro de aquella prisión.

Lo único que recordaba con claridad era el nombre de un hombre que su padre le había recalcado como mil veces, diciendo que lo necesitaban muerto si o si, más sin embargo solo tenían el nombre "Lee Know", las fotos que le habían motrado eran todas borrosas y dificiles de memorizar. Su padre simplemente le dijo "Cuando lo veas, sabrás que ese es" Pero por la mierda, ya llevaba una semana allí y no había encontrado a alguien que encajara con las descripciones de su padre.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora