Se quedó con la mirada perdida en la pared que tenía enfrente, al despertar de aquel extremadamente extraño sueño la sensación de incomodidad no había dejado su pecho.
Por alguna razón, el espectro de la voz de aquella persona se había quedado impregnada en su cabeza, le hacía sentir que no estaba solo, a pesar de que lo estaba.
Miró la puerta de la celda, notando que a penas empezaba a amanecer, lo que significaba que se había quedado dormido por un día entero, hizo una mueca, no era normal de él dormir por tanto tiempo.
Pero recordó lo cansado que se había sentido antes de caer desmayado sobre su cama, así que supuso que esa había sido al razón.
En medio del silencio de la celda, escuchó su estómago rugir pidiendo alimento, ya que no había ingerido algo comestible en todo un día. Miró a todos lados, pensando qué podría hacer en esa hora que le quedaba de espera antes de que las celdas abran.
Suspiró resignado, tumbándose de nuevo sobre la cama, pero cuando lo hizo, sintió algo duro chocar con su cabeza. Frunció el ceño volteándose a revisar qué era aquello, y fue para su sorpresa que se topó con la lata de mermelada de fresa que Jimin le había dado hace varios días.
Sonrió, ¿Cómo se le había podido olvidar aquello? La tomó entre sus manos para abrirla en seguida, estaba muy hambriento como para desperdiciar aquella oportunidad que se le estaba dando para comer una de sus cosas favoritas.
Para cuando la alarma de la prision resonó en todo el lugar, la lata yacía vacía entre sus manos y su estómago estaba completamente satisfecho.
Definitivamente tenía que agradecerle a Jimin por aquel detalle, le había salvado la vida. Aunque el recuerdo de cómo este se había alejado de él luego de la leve discusión que tuvieron le desanimó en seguida. ¿Querría Jimin verlo en esos momentos? Se le había visto muy molesto cuando se fue.
Soltó un suspiro decaído, levantándose de su cama, tenía que lavar sus manos que estaban pegajosas por el dulce. Al salir vio como todos los reos salían de sus celdas mientras hablaban entre sí, creando un leve bullicio por todo el lugar.
Ignoró a todos ellos mientras caminaba, a pesar de que hacía ya varias semanas habían empezado a ignorar su presencia, no podía evitar sentirse cohibido al caminar solo por esos pasillos, sentía el constante temor de que algo podría pasarle si miraba a alguien directo a la cara.
Entró directo a los baños que a esa hora se encontraban vacíos y se dirigió a los lavamanos para empezar a restregar sus manos con jabón bajo el agua.
Últimamente su cabeza estaba en las nubes porque no había visto a la persona que se había quedado mirándole todo este tiempo, persona que notó una vez se volteó cuando terminó de lavarse los dientes.
Se llevó un pequeño susto cuando lo vio a no más de ocho metros de donde estaba, se encontraba sentado, mirándolo fijamente con una leve sonrisa en la comisura de sus labios.
— Minho, me asustaste— Murmuró con su corazón apaciguándose.
— No fue mi intención — respondió mostrando sus dientes en una hermosa sonrisa — Deberías estar más consciente de tu alrededor, Ricitos.
Jisung no pudo evitar sonrojarse, a penas había notado que el mayor se encontraba sin camisa y su torso dejaba a la vista el vendaje en su abdomen que al parecer recién se había cambiado por lo limpio que estaba, pero al contrario de ese, el de su clavícula aún estaba sucio. Tenia el pelo mojado, denotando que se había dado una ducha antes.
— Cierra tu boca, vas a empezar a babear — se burló el mayor cuando notó la mirada fija del menor sobre él.
Jisung se exaltó ante lo dicho, cerrando su boca que efectivamente se encontraba abierta y mirando hacia otro lado en un nefasto intento de esconder su sonrojo, dios, que vergüenza.
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REO 《MinSung》
FanfictionJisung vivía una vida normal junto a su viuda madre, hasta que en una soleada tarde presenciaría el asesinato de su projenitora. Acontecimiento que lo llevaria a ser condenado injustamente a 5 años de prision por "homicidio". ¿Que habrá sucedido rea...