Abrió sus ojos lentamente, dándose cuenta que estaba sobre su cama. Se levantó de golpe recordando lo sucedido hace no mucho, miró a su izquierda y suspiró una vez se dió cuenta que no había nadie, logrando relajarse. ¿Se había desmayado?.
No sabía muy bien que había pasado, solo recordaba haber visto a aquel par de reos de mala muerte haberle agarrado por la camisa y preguntarle sobre.. eso, luego se había desmayado sin haber podido responder adecuadamente.
Agradecía que ya no estaban en su celda, y esperaba, en lo más profundo, que aquellos no fueran sus compañeros de celda, pues sabía, que de seguro le traería muchos problemas. Había notado un aire superior en el peli negro, tal vez fue la dura mirada que le había dado, o simplemente era el Aura que se traía.
De seguro es uno de los que mandan acá.
De repente un sonido estruendoso se escuchó en todo el lugar, haciéndole saltar del susto por el repentino sonido que le interrumpía los pensamientos. Prestó atención a la voz que se escuchó por algunos parlantes.
— Hora de ir a las duchas — corto y claro, sin rodeos. Luego de eso no se escuchó nada, solo a lo lejos a los reos dirigirse a los baños.
Y Jisung supo que nada bueno podía salir de ir a los baños, pero se sentía asqueroso, no había logrado ducharse en 2 días, y sentía que se pudría. Así que con muchas dudas y miedos se dirigió al lugar, siguiendo a todos los demás, no sin antes recibir varios comentarios lascivos hacia su cuerpo que le hacían encoger en su lugar, tal vez queriendo desaparecer o ser invisible.
A pesar de ser la hora del baño, no habían muchos reos en las duchas y agradeció internamente por ello, tal vez podría recibir un poco de paz allí.
Que equivocado estaba.
Se acercó a un "cubículo" que no tenía puerta, y lo único que lo separaba de otro cubículo era un pequeño muro que le llegaba a la cadera. Tragó duro, tendría que desvestirse y dejar que muchos lo vieran, lo peor era que en ese momento estaba siendo el centro de atención, claro, por ser el nuevo.
Reunió la poca valentía que tenía para empezar a quitarse la camisa que traía, pero fue interrumpido al oír a una voz a sus espaldas.
— Vamos, zorrita, desvístete para nosotros —escuchó cómo se burlaba de él, y tras ese comentario, muchos más le siguieron.
Estaba inmóvil, sin saber que hacer, si seguir allí o simplemente darse la vuelta e irse, pero claro, era Jisung, y todo lo que hacía le salía mal.
Sintió a alguien ponerse a sus espaldas y tomarle del brazo, jalando de él con fuerza, haciéndole soltar un quejido atemorizado. Dirigió su mirada a su agresor, notando a un tipo que le llevaba una cabeza de altura, sonreía, sonreía con una maldad que le hizo debilitar las piernas. Sabia que era lo que iba a suceder, y no iba a poder hacer nada.
El hombre se el acercó, arrancándole la camisa, muchos rieron ante la escena, disfrutando. Mientras tanto, él se retorcía en temblores, trataba de liberarse del fuerte agarre, pero era inútil. Otro reo se acercó, le agarró la cadera, tomándolo con fuerza.
Quiso gritar, quiso patear, soltar manotazos. Pero no pudo. Le tenían completamente inmovilizado, ya no había nada que pudiera hacer, simplemente soltaba lágrimas de sus ojos sin parar, sin poder creer lo que estaba por sucederle.
Sintió como aquellas manos duras y callosas bajaban su pantalón y luego su ropa interior, luego cómo estás tocaban con morbo sus piernas, silbando en el proceso. Y eso solo le hizo querer morir, prefería morir mil veces antes de tener que vivir aquello, maldita sea, simplemente quería no estar ahí. Se maldijo por milésima vez, maldijo su suerte, su vida, su ser, el día en que toda su vida dió un vuelco.
Lágrimas salían descontroladas de sus ojos, seguía intentando soltarse, pero lo único que recibió fue un fuerte golpe en su mejilla que le hizo perder todas sus fuerzas, sus piernas se tambalearon y un sabor metálico en su boca le hizo toser. Dejó su mirada gacha, cerrando sus ojos con ímpetu, escuchando lo que el reo le dijo.
— Quédate quieto, sé obediente como la perra que eres, ¿de acuerdo? — sintió su asqueroso aliento pegarle en la cara, sabia que estaba sonriendo, lo pudo sentir por la forma en la que había soltado aquellas palabras.
Pudo sentir las ganas de vomitar subirle por la garganta, pero nada salía. Sus manos empezaron a acercarse peligrosamente a sus partes y Jisung solo podía temblar y retorcerse por el toque con asco y miedo. Deseaba que alguien interfiriera, pero todos simplemente veían y sonreían ante lo que pasaba, y Jisung no pudo evitar maldecirlos a todos en su cabeza, todos eran unos hijos de puta.
— Veamos, lindura, abre esas hermosas piernas para mi — escuchó decir, pero se rehusó a hacer caso, enojando al otro — Maldita sea.
Lo tomó con fuerza y con ayuda del otro reo le dió la vuelta, colocándolo contra la pared de la ducha, sintiendo la fría cerámica tocar su pecho. Un frío electrizante le recorrió todo el cuerpo al sentir aquella temperatura tocarle el cuerpo.
— Muy bien~ — canturreó — Que lindo culo te traes, ¿eh?
Jisung se removió en otro intento de zafarse, pero era imposible, sus manos estaban inmovilizadas sobre su espalda y no había mucho que pudiera hacer. En este momento Jisung se dió por vencido, solo le quedaba esperar a que hicieran lo que quisieran y luego lo dejarían en paz. Si, todo iba a ocurrir rápidamente y luego lo dejarían en paz.
Cerró sus ojos con fuerza, las calientes lágrimas saliendo a cascadas. La mano de su agresor le tocó sus nalgas y se acercó a su ano, Jisung esperó el dolor, esperó el mismo ardor que sintió esa misma mañana, esperó, pero nunca llegó. En cambio, sintió como el agarre se soltaba, y pudo ver en cámara lenta como aquel hombre caía de bruces al suelo, en un estruendoso sonido.
Todos en el lugar se callaron, un silencio de muerte inundó el lugar, solo dejando el sonido de su respiración errática y la de alguien más.
Pero no tuvo fuerzas para darse la vuelta y mirar a quien le salvó. Sus piernas colapsaron y se dejó caer al suelo, llorando con corazón en mano.
— ¡Todos fuera de acá, ahora! — una imponente voz resonó en las paredes, y luego de aquello, sin si quiera esperar un solo segundo, todas las personas que estaban ahí se fueron.
Esa voz..
Aquella voz ya la había escuchado antes, se dió la vuelta, tan solo un centímetro, y pudo verlo, ahí estaba, el mismo peli negro que se había encontrado en su celda hace unas horas.
Su ceño estaba fruncido y su pelo mojado. Atrás de él, a unos dos metros, habían otros dos hombres, lucían igual que el peli negro, molestos.
El silencio que se había llenado en toda la habitación fue interrumpido por una voz alegre, entusiasmada y chillona.
— ¡Channie, ya traje lo-! — paró abruptamente al ver la escena que había aparecido frente a sus ojos.
Regresaba de traer su shampoo de vainilla y no se esperaba toparse con un hombre noqueado en el suelo, otro chico rubio tumbado en el suelo desnudo llorando desconsoladamente, y a Minho parado frente a ambos con una cara de mala muerte.
— ¿Qué carajos acaba de suceder?
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.Honey~
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REO 《MinSung》
FanfictionJisung vivía una vida normal junto a su viuda madre, hasta que en una soleada tarde presenciaría el asesinato de su projenitora. Acontecimiento que lo llevaria a ser condenado injustamente a 5 años de prision por "homicidio". ¿Que habrá sucedido rea...