Aquel día por fin dejarían que se retirara a su celda, había pasado una semana entera dentro de aquella sala médica siendo monitoreado constantemente y siempre estando bajo vigilancia de algún guardia, pues luego del ataque, habían designado a un guardia para vigilar la entrada de la enfermería.
Jisung nunca supo porqué, si solo era un simple reo que había sido atacado, normalmente las prisiones ignoraban todo tipo de ataques dentro, abandonando a los reos a su suerte dentro de aquellos muros de concreto.
Pero fuera cuál fuera la razón, estaba agradecido porque no estaba seguro de que hubiera pegado ojo si no hubiera estado acompañado todas esas noches, temeroso de que alguien más pudiera ir a hacerle algo, porque ahora podía decir con certeza que no le agradaba a nadie allí, o tal vez si lo hacía, pero no en el buen sentido de la palabra.
Si bien se la había pasado toda la semana encerrado y sin mucho que hacer postrado en una camilla, le aterraba tener que salir de aquel lugar que había empezado a considerar seguro. Tener que enfrentar la cara de todos esos maleantes que lo mirarían con desprecio, lujuria o lo que sea que se les cruzara las mentes le aterraba. Ya había confirmado lo que eran capaces aquellas personas dentro de aquel lugar.
Pero estaba obligado a salir, ya no podían retenerlo más allí, el doctor el cual había descubierto su nombre era Im Jaebum y con el que había establecido por así decirlo una relación de amistad, había hecho lo posible para mantenerlo allí un tiempo más, al menos hasta que pudiera moverse con más libertad, pero se le había negado esa petición.
Ahora estaba siendo escoltado hasta su celda con un brazo inmovilizado con vendaje.
Soltó un suspiro, sentía sus piernas y brazos temblar con ansiedad. Saber que todos los ojos se posarían sobre él le disgustaba en demasía.
Vió la reja que daba al pabellón principal a la lejanía, cerró los ojos tratando de mentalizarse y calmarse para lo que venía, pues era incierto lo que encontraría al pasar aquellas barras de hierro.
Escuchó el metal moverse, indicando que la puerta se abría, abrió los ojos, visualizando su alrededor, el guardia a su lado dándole un apretón en su brazo bueno, como si le tratara de dar fuerzas.
Lo miró, notando su inusual pelo largo rubio y lunar bajo su ojo.
— Tranquilo, Minho no dejará que te hagan algo — le guiñó el ojo con una pequeña sonrisa ladeada y sin dejarle responder se retiró del lugar, dejándole visiblemente confundido.
Regresó su vista al gran pabellón, y para ser sinceros, no se esperaba que estuviera tan vacío. Esperaba miles de comentarios denigrantes y sexuales, pero se encontró con una sala en su mayoría vacía, y los pocos reos que habían simplemente se eran indiferentes a su presencia.
En el fondo le tranquilizaba, pero no podía darse la libertad de bajar la guardia en aquel lugar. Caminó con pasos dudosos hasta donde sabía era su celda, no encontrando a nadie dentro.
Se dejó relajar y con cuidado se acostó en su cama designada, el doctor Im le había indicado los cuidados que debía tener ahora que estaría en un lugar más recurrido, y debería ir a la enfermería por chequeos semanales todos los viernes.
Cerró sus ojos, dentro de poco sería hora del almuerzo y ya no habría alguien que le llevara la comida a su cama, así que tendría que exponerse de nuevo a la multitud.
Con el solo pensamiento de aquello un escalofrío le recorrió la espina, si no lo habían molestado en su llegada, de seguro lo harían en el comedor, donde todos lo verían.
Justo como lo esperaba, aquel estridente sonido sonó por todo el lugar, anunciando el comienzo del almuerzo.
Con pereza y pocas ganas de salir, se levantó de su lugar con cuidado do no hacer un mal movimiento con su brazo herido y caminó hacia la puerta de su celda.
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REO 《MinSung》
FanfictionJisung vivía una vida normal junto a su viuda madre, hasta que en una soleada tarde presenciaría el asesinato de su projenitora. Acontecimiento que lo llevaria a ser condenado injustamente a 5 años de prision por "homicidio". ¿Que habrá sucedido rea...