XV

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Jisung despertó debido al dolor de su brazo que se estaba empezando a expander por todo su costado derecho, se removió con cuidado de no hacer un movimiento brusco y lastimarse más de lo que ya estaba.

Buscó al doctor encargado con la mirada, notando las luces apagadas y silencio absoluto, solo siendo interrumpido por el típico sonido de sus pulsaciones que emitía la máquina a su lado. Notó también las cortinas de su cubículo abiertas, cosa que lo extrañó, pues si recordaba bien las habían dejado cerradas, más descartó su extrañeza al pensar qué tal vez el doctor las había dejado abiertas.

Con curiosidad y de a forma para distraerse del dolor que amenazaba intensificarse en su brazo, curioseó su vista por la habitación oscura, sus ojos ya acostumbrándose a la poca luz de la habitación. Notó un escritorio con varias hojas sobre él en la esquina contraria a donde estaba, también varios estantes con medicamentos, vendajes y otros utensilios los cuales no alcanzaba a descifrar.

Pero algo llamó su atención por un segundo, y eso fue la puerta de la enfermería abierta mínimamente, dejando pasar un pequeño hilo de luz por la abertura. Frunció el ceño, porque estaba seguro que esa puerta siempre la mantenían cerrada.

No pudo evitar sentirse incómodo en aquella habitación oscura, solo y quien sabe a qué hora de la madrugada, pues no había notado algún reloj en las paredes.

Con cuidado se decidió a levantarse de la camilla, algo en su cuello picaba en mal presentimiento y necesitaba eliminarla. Siseó por el dolor en su brazo derecho, pero no desistió en su intento de levantarse.

Una vez sentado con las piernas al aire, y sosteniendo levemente su brazo lastimado, miró una bandeja a su lado con algunas pastillas y tijeras con las cuales le habían estado cambiando el vendaje.

Tomó el pote de pastillas intentando leer qué decía, pero la poca iluminación le impedía ver algo. Suspiró con resignación, pensando que tal vez sería mejor esperar a que el doctor viniera y le ayudara.

Pero el sonido de algo de vidrio moviéndose le llamó la atención, y en seguida dirigió su vista al lugar de donde había provenido el sonido, justo donde estaban los estantes con los utensilios médicos.

Y su cara palideció en temor cuando le pareció ver una silueta oscura en la lejanía, y estaba seguro que no era su imaginación pues parecía moverse con lentitud. Escuchó los pitidos de la máquina a su lado aumentar, marcando cómo su pulso empezaba a subir.

— ¿Quién anda ahí? — preguntó lo más alto que pudo, un leve tembleque en su voz se notó a pesar de que intentó con sus fuerzas que no se notara.

La figura se detuvo abruptamente, y luego se enderezó, mirando hacia la dirección donde estaba. Los bellos de su piel se erizaron ante la sensación de los ojos sobre él y con ello las pulsaciones se hicieron más rápidas.

Estaba seguro que en cualquier momento tendría un ataque se pánico.

El dolor en su brazo se intensificó, pero lo ignoró y por acto de reflejo tomó con su brazo izquierdo las tijeras que estaban a su lado, y las escondió detrás de él.

Por favor que no se acerque, que no se acerque.

Soltó un gemido de temor cuando notó a la figura acercarse a él con lentitud, con cada paso que daba su pulso aumentaba, sus manos temblaban y podía sentir sudor frío bajar por su espalda. En su mano izquierda empuñaba con fuerza las tijeras, listo para defenderse si hacía falta, aunque sabía que tenía todas las de perder por su brazo derecho.

Escuchó una risa venir de la silueta, y se pensó salir corriendo de la habitación, pero sus piernas temblaban igual que sus manos y no estaba seguro de si quiera poder dar un paso sin caer estrepitosamente al piso. Dió una mirada rápida a toda la habitación intentando buscar algo que le ayudara, pero poco podía pensar cuando los nervios lo agobiaban junto con el pitido a su lado.

REO 《MinSung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora