☆•𝑴𝑨𝑹𝑮𝑰𝑵𝑨𝑫𝑶•✩ - [✓]

☆•𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐎𝐂𝐇𝐎•✩

Mew se encontraba en los baños de la universidad, lavando su rostro para espantar un poco el sueño retenido. Realmente no había dormido bien, y a pesar de haber asistido a la escuela, parecía que no estuviera presente mentalmente. Desde que despertó no había parado de pensar en el chico de su sueño, cuestionándose tantas veces si aquel chico había sido Gulf, o no.

Sacudió sus manos para botar las pocas gotas retenidas en sus dedos. El ambiente de los baños, es decir su silencio, siempre le habían resultado aterradores. No por la existencia de fantasmas o esas cosas, era simplemente por un monstruo no muerto, en específico.

Y tal cual como si la desgracia lo persiguiera, la puerta fue abierta de golpe, permitiéndole escuchar al mismo tiempo una mezcla de voces y como era de esperarse, la de San por supuesto se escuchaba entre ellas.

El grupito de chicos ingresó por completo a los baños, dos de estos entrando cada uno a un cubículo, sin embargo, San y First fueron los únicos en permanecer afuera. El primero apenas se iba percatando de la presencia de su hermano en el lugar.

—H-Hola Mew... —saludó First.

—First — Fue lo único que Mew dijo.

—Mira nada más, sigues siendo tan invisible que ni siquiera me había dado cuenta de que estabas aquí, fracasado. — Mew sonrió burlesco.

—Sí, claro. Ni en cuenta, pero bien que sacaste el pecho cual paloma a punto de atacar... — Mew comenzó a caminar hacia él —o será, cual paloma intentando parecer fuerte ante los demás, ¿no? — San tragó grueso. First retrocedió y no dijo ni una sola palabra.

Ambos gemelos se sostenían la mirada. Mew tomó a San del cuello de su chaqueta y lo levantó un poco, el mayor sostuvo las muñecas de Mew con sus manos, intentando hacer que le soltara.

—¿Q-Qué te pasa, idiota? S-Suéltame — El peliceleste sonrió y negó. —¿Te crees la gran cosa únicamente porque tienes tu cabello de otro color y ahora luces "mejor" que antes? —rio sarcástico. —Oooh, claro, estos dos años te sirvieron para entender que la forma de la perfección, es ser como yo, ¿verdad? — Mew frunció el ceño pero continuó sosteniéndolo del cuello de la chaqueta. —¡¿Es eso?! ¡¿Tanto quieres igualarme, eh?! — El mayor empujó a Mew, haciéndolo soltar su agarre, este golpeó su espalda en el lavamanos, pero se sostuvo con sus manos a los costados. —¡No vuelvas a tomarme así! ¡¿Quién te crees que eres, maldito fracasado?!

Mew que tenía su rostro inclinado, comenzó a elevarlo poco a poco, tan lentamente que parecía diabólico. Se reincorporó, secó sus manos en los costados de su pantalón y rio, alto y fuerte. Haciendo a First y San, fruncir su ceño en confusión.

—¿Quién me creo que soy? —cuestionó bajito. —Pues tú lo dijiste, ¿no? Soy un fracasado que quiere ser como tú... — San entreabrió su boca, el tono en la voz de Mew le decía que por supuesto aquello había sido sarcasmo puro. —¿Y sabes cuál es mi primer paso para ser alguien como tú, querido San? —Comenzó a caminar con lentitud hacia el mayor.