☆•𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀•✩

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—Eeghhh

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—Eeghhh... y-yo...

—Creo que él viene a verme a mí —Interviene Mew, pues en realidad piensa eso, porque no encuentra otra razón por la cual el alcaide llegue a su casa. Bae le observa atento, su cuerpo continúa temblando. Chai lo mira molesto y niega.

—Aunque así fuera, no tiene porqué hacerlo, no hay razón alguna para que un alcaide venga personalmente a visitar a uno de sus internos. — El peliazul observa con molestia a su padre.

—¿Por qué no? —protesta, frunciendo su ceño y volviendo grave su voz. —Yo no lo veo como un simple alcaide, para mí, en estos dos años él ha sido más padre que tú en estos veintiuno. — San suelta una risa audible, la cual confunde a Chai y a Mew, pero a Bae lo pone más nervioso.

—Mew, ¿cómo puedes decir eso? —pregunta dolido.

—Lo digo porque es la verdad, Chai. El alcaide Bae puede venir a verme cuando quiera, porque hasta donde yo sé, esta también es mi casa, ¿o me equivoco? — Chai traga grueso e inclina su cabeza ante su hijo. San al ver esto, se llena de furia.

—¿Cómo te atreves a hablarle así a nuestro padre, Mew? ¿Quién carajos te crees que eres, eh? — Bae siente como si su corazón va a salirse de su pecho, Mew sonríe de lado y mira hacia arriba, justamente como lo hacía antes de pelear con algún otro interno en el centro.

Mew va a dar un paso hacia San, pero Bae lo toma del brazo obligándolo a verlo. Niega lentamente con su cabeza y lo sujeta con más firmeza.

—No le he faltado al respeto en ningún momento, que a él le duelan cada una de mis palabras, únicamente porque la culpa no lo deja vivir, no es problema mío, San. En cuanto a tí, deberías de aprender a no entrometerte en donde no te llaman, no tienes relación alguna con el alcaide Bae. — El gemelo mayor al escuchar esto, chasquea la lengua y cruza sus brazos, su expresión cambia a una furiosa, pero combinada con un poco de dolor.

—Oh, ¿en serio? ¿Qué tan seguro estás de eso, eh? — Mew lo ve confundido.

—Bueno, ¡ya basta! —Interrumpe el padre. —Bae, ven conmigo. — Ambos gemelos alzan sus cejas al notar la confianza con la que Chai se dirige a Bae.

—Ahora que lo pienso, me desconcierta una cosa... — San habla, llamando la atención de los otros tres —ustedes dos, parecen tener mucha confianza, es decir, libertad para tratarse, ¿acaso ya se conocen de algún lugar? —Sonríe al finalizar de hablar. Sintiéndose victorioso al notar  la expresión de confusión en el rostro de Mew.

Bae y Chai se miran mutuamente, el menor estando completamente pálido. Bae acomoda su postura y asiente.

—Sí... —responde, mirando fijamente a San —nos conocemos desde hace años. — La expresión de Chai se vuelve a una asustada, como si hubiese visto a un fantasma.

—¿Por qué nunca me lo dijo? —cuestiona Mew, incluso su tono de voz ha cambiado ahora. —Dos largos años conviviendo con usted, ¿y no pudo decirme que se conocía con mi padre, señor?

☆•𝑴𝑨𝑹𝑮𝑰𝑵𝑨𝑫𝑶•✩ - [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora