Bae Yong sale de su oficina, dispuesto a esta vez sí enfrentar a Chai y confesarle toda la verdad acerca del maltrato de San hacia Mew, durante todos estos años. Toma las llaves de su auto, dispuesto a salir lo más pronto posible, ya ha dejado pasar una semana desde que tiene en su poder la grabación que muestra solo un poco de la verdadera personalidad de San, sabe que ha guardado silencio hasta este momento porque está consciente que ese suceso desatará otro, el cual por supuesto será que su hijo se enteré de la verdad. Estando frente a su auto, da un último suspiro, en ese mismo rogándole al cielo que le dé las fuerzas necesarias para afrontar lo que sea que tenga que pasar.
Como caído del cielo, Zigor se acerca a él, capturando por completo su atención al abrazarlo por la espalda, justamente como una pareja de jóvenes que recién inician su relación. Gira lentamente su cabeza hacia atrás, curvando sus labios en una lenta y bonita sonrisa tímida, el contrario le corresponde con una similar sonrisa, depositando un beso en su mejilla, provocando que las mismas se vuelvan de un tenue carmín que anuncia lo tímido que el señor alcaide, se siente.
—¿A dónde vas? —pregunta el guardia. —¿Iras a ver a chai para decirle lo de San?
—Por Dios, Zig, ¿cómo te las arreglas para saberlo todo? —cuestiona sonriente. El otro finge pensar un poco al respecto, terminando por sonreír y encoger sus hombros para, por consiguiente, decir:
—Porque te conozco lo suficientemente bien, y, además, me he dado cuenta de tu estado de ánimo en toda esta semana, no te has sentido bien, no has comido bien y tampoco has salido mucho de tu oficina. — Bae suspira.
—Mmmm. — Es la única respuesta que Zigor recibe, entrecierra sus ojitos mientras mantiene su mirada en Bae. Realmente no puede creer que hace apenas tres días, el hombre al que ha amado durante tantos años, le haya dicho que podían darse una oportunidad. Sonríe como bobo, al recordar ese momento. —Te ves radiante hoy —comenta Bae. Ahora es el guardia de seguridad, quien se sonroja.
—Pero si solo traigo mi uniforme reglamentario —susurra. Bae sonríe, ampliando sus labios al hacerlo.
Pues es cierto, Zigor porta exactamente la misma vestimenta que siempre, su camisa azul oscura y una camisa roja, de algodón, por dentro. Lo mismo que siempre ha usado, podría ser que lo único que cambia hoy, es que no lleva su gorra habitual y que casi nunca utiliza el rojo para llevarlo por dentro, es más de camisas blancas para combinarlas con su uniforme. Su cabello delantero está despeinado debido a que se había quedado dormido en el sofá de la oficina de Bae.
[Les dejo aquí la fotito de Zigor,
para que lo conozcan por fin. Bien
buenotes los gustos del Bae Yong,
señor.😂🤭Oh, pero claro que Zigor no se queda atrás con los suyos jaja]
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☆•𝑴𝑨𝑹𝑮𝑰𝑵𝑨𝑫𝑶•✩ - [✓]
Fanfiction🚨⚠️•𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀•⚠️🚨 Esta historia trata temas sensibles, como el maltrato físico y psicológico en el ámbito familiar. Si se considera no apto o no tolerante a estos temas, le invito a por favor pasar de largo y evitar ofensas, denuncias...