CAPÍTULO 4

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Ethan

El día de ayer, vi a Nyari por más tiempo incluso, tomamos el mismo ascensor.

Tengo un presentimiento de que lo que ocurrió en su departamento, la serpiente en su cama, no es ninguna casualidad y claro que está conectado con la carta.

Es de noche y estoy en mi departamento analizando algunas piezas de este rompecabezas.

Nus y Kia siguen conmigo, aunque Kia llegó al comando, tanto Kiara como Belenus, regresaron conmigo.

Nyari cumplió su horario en el comando y regresó a su departamento, en mi caso llegué hace una hora.

Aunque asiste al comando y realiza su trabajo, pasa todo el tiempo en su oficina y casi no sale a menos que sea necesario. Sigo creyendo que es debido a la nieve.

Aún con todo lo ocurrido, ella, regresó a Londres, creo que solo viajó para realizar algunas actividades, nunca tuvo la intención de marcharse realmente, o eso es lo que quiero creer.

Para ella, estar aquí debe ser muy difícil, pero no lo dice y tampoco lo demuestra.

Todos los recuerdos que tuve con ella en este lugar, vuelven a mi cabeza, las conversaciones, situaciones, conflictos, momentos en los que se suponía que hablábamos con sinceridad.

Todo está muy presente, pero al mismo tiempo todo parece demasiado distante.

Escucho sonar el timbre, es raro que lo haga, miro el reloj y es muy tarde.

Me levanto y abro la puerta, encontrando a Nyari del otro lado, está en pijama, son las que solía usar cuando dormíamos juntos, un pijama muy ligero y de tirantes.

—En esta dirección está el hombre que quieres interrogar —estira su mano con una nota para que la tome.

—Fue rápido.

—Denzel siempre lo es.

—¿Por qué no se dio cuenta de la serpiente en tu cama? —cuestiono y no responde.

Supongo que es porque mantiene selladas sus ventanas.

—¿Qué es lo que quieres saber de esa persona?

—¿Qué es lo que averiaste tú?

—Pregunté primero —menciona.

—Información.

—¿Qué clase de información? —pregunta.

—Responde a mi pregunta —mascullo.

—Información —responde del mismo modo que yo.

Eso me gano por dar una respuesta muy vaga.

—¿Puedo verlos? —sale de la boca de Nyari y no puedo negárselo, a ella, no puedo negarle muchas cosas.

—Llámalos —digo y una sonrisa aparece en su rostro.

—Nus, Kia —Nyari los llama y ellos aparecen a mi espalda de inmediato y quedan en los pies de Nyari.

Ella se inclina y los mima como en el pasado, la observo y sé que los extraña.

—Puedes quedarte un momento, estaré en mi estudio —digo dando la vuelta evitando que ella diga algo. Dejé la puerta abierta para que Nyari entre.

Voy a mi estudio y sigo trabajando.

No tengo idea de por qué salieron esas palabras de mi boca, pero lo hicieron. Tampoco entiendo mis acciones de hace un instante.

Escucho que la puerta se cierra, no sé si Nyari entró o se fue, pero los pequeños ladridos felices de mis cachorros, me dicen que Nyari entró.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, cuando me doy cuenta hago que desaparezca, abro la nota que me entrego Nyari.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora