CAPÍTULO 17 parte II

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Nyari

Tengo que ser positiva y pensar en todo lo bueno y no lo malo, regreso a la cama y trato de distraerme un poco.

En mi celular busco autos, no puedo seguir usando el de Ethan.

Después de un rato Ethan entra a la habitación, se saca la ropa y entra a la cama, dejando su reloj y celular como su arma en la mesilla junto a la cama.

—¿Qué haces? —pregunta, recargándose en la cabecera, entró a la cama en bóxer como lo hace con regularidad.

—Busco que auto comprar.

—¿Comprarás uno? —pregunta y veo por el reflejo del celular como frunce el ceño. 

—Creo que es incómodo para ti que use el tuyo.

—No es incómodo, puedes seguir usando el auto, no tienes por qué comprar otro —dice tomando el celular de mi mano y colocándolo junto al suyo.

—Pero...

—Hay que dormir.

Ethan entró a la cama y como en la madrugada de ayer, no dormimos abrazados como de costumbre, pero entrelazo mi mano a la de Ethan y él hace lo mismo.

—Escuchas de una manera peculiar —comento, dije que solo escuchara, pero respondió en toda nuestra conversación.

—Soy único —masculla y sonrío por ello.

Ethan se queda dormido y no puedo dormir sin sentirlo más cerca, así que mi cuerpo actúa y me acerco a él y lo abrazo durante toda la noche.

Ethan piensa que me quedo en Londres para dañar a sus padres y no porque quiero estar con él, pero es válido que piense de ese modo, son sus padres, su familia y es normal que quiera protegerlos.

Trato de no llorar para que no se me hinchen los ojos, también trato de dejar de abrazar a Ethan, pero... no puedo y no quiero hacerlo. 

No sé en qué momento el cansancio me gana y me quedo dormida.

En la mañana despierto antes que Ethan y lo sigo abrazando.

Salgo de la cama, voy al baño, veo mi rostro en el espejo, están levemente hinchados mis ojos, lavo mi cara, y voy a alimentar a los cachorros, luego voy a la cocina, tengo hambre, abro la nevera para preparar algo, pero viendo todo vacío recuerdo que no hemos comprado nada por la discusión que tuvimos. 

El cereal y la leche también se tan terminado, regreso a la habitación de Ethan y él sigue en la cama dormido.

Aun es muy temprano, me cambio y cuando estoy por terminar Ethan despierta.

—Despertaste antes —dice saliendo de la cama.

Entra a la ducha y no tarda mucho, pero cuando termina yo también lo he hecho.

Se cambia y cuando está listo me mira.

—Nos vamos —menciona.

—Claro —respondo, aunque no tengo muchos ánimos de ir al comando.

Tomo mi bolso y miro a Ethan.

—Ethan —él gira a mirarme.

—¿Es incómodo que duerma aquí? —quiero preguntar, pero temo por la respuesta, así que digo algo más—, tengamos un agradable día.

Salimos del edificio y Ethan conduce hacia el comando.

—¿Desayunarás conmigo? —Ethan pregunta mientras conduce y mantiene la vista al frente.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora