CAPÍTULO 13

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Ethan

—¿Te sientes cansada? —cuestiono, Nyari aún permanece en mis piernas y la envuelvo en mis brazos.

—Un poco —vuelve a acurrucar su cabeza en mi hombro—, puedes volver a tocar para mí —menciona.

—Sí —vuelvo a tocar para ella. La pieza concluye y pregunto.

—¿Tienes hambre?

—Sí —responde.

—Bajemos a tu piso —ahí fue dónde preparé comida para Nyari.

Intenta bajar de mis piernas...

—No es necesario —menciono impidiendo que baje y me pongo en pie.

—Puedo caminar —recalca.

—Lo sé —digo y la llevo en mis brazos devuelta a su piso.

Entramos al piso de Nyari y ella baja de mis brazos.

—Siéntate —digo.

—Prefiero que comamos en la cocina —menciona, sujeto su mano y caminamos a la cocina— ¿Qué preparaste? —pregunta subiendo a uno de los banquillos.

—Una sopa —respondo y Nyari me mira extraño.

—No estoy enferma.

—Nadie dijo que lo estés.

—¿Por qué sopa?

—No te quejes y come —coloco su plato de sopa frente a ella.

—Está salada —dice mirando mal a la sopa y alejándola de ella.

—Ni siquiera la has probado y esa es mi frase —le doy un pico en los labios y lentamente regreso la sopa cerca de ella.

—No va a gustarme —dice mirando la sopa.

—Come —ordeno.

—Pero...

—Dijiste que tenías hambre.

—Se me fue el apetito —intenta bajar del banquillo y me interpongo para que no se mueva.

—Tú —digo señalándola con mi índice—, me has hecho comer mucha sopa en el pasado.

—Lo hice por tu bien —explica con una sonrisa que luego se esfuma cuando analiza lo que salió de su boca.

—Exacto lo has dicho muy bien —digo mirándola—, abre la boca —tomo la cuchara y acerco un poco de sopa a su boca.

—No era así como quería decirlo —justifica.

—Pero lo hiciste —vuelvo a decir—, abre la boca, tienes que comer.

—Dame un besito —habla y sonrío, dejo la cuchara y me acerco a sus labios dejando un beso suave.

—Come —vuelvo a decir una vez que corto el beso.

—Bien —trata de sujetar la cuchara, pero lo hago antes—, Ethan.

—Yo lo hago.

—Puedo hacerlo yo misma.

—Quiero hacerlo —digo y deja que la alimente.

—¿Qué vas a comer tú? —pregunta cuando lleva la mitad de la sopa.

—Mi platillo es diferente.

—¿Carne?

—Termina de comer —digo ignorando su pregunta.

—Ethan yo también quiero.

—Termina la sopa y lo pensaré.

—Pero... —habla y la interrumpo con un beso.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora