CAPÍTULO 9

2.7K 189 113
                                    

Ethan

—¿Prometida? —mascullo ante las palabras de Malika Raven.

—Es lo que soy desde que teníamos 8 años.

—A eso viniste a Londres.

—Yo sí.

—¿Tú? —si es por decisión suya, significa que hay más motivos ocultos detrás de su familia— ¿Qué hay de tu familia?

—Ellos están aquí por otros motivos —responde a mi pregunta.

—¿Qué clase de motivos? —interrogo, debo sacar provecho de la situación actual.

—¿Por qué estás tan interesado en el motivo? —quiere analizarme, pero no lo logrará.

—Este es mi territorio —establezco la realidad. Nadie puede tomar decisiones tan a la ligera creyendo que pueden hacerlo y no tendrán consecuencias porque las habrá.

—Lo sabemos, por ello estamos aquí con tanta libertad ya que pronto seremos familia —masculla tan segura de sí misma.

—No creo que deban moverse con tanta libertad.

—¿Por qué? —farfulla—, Pronto seremos familia —detesto que mencione eso.

—Porque este sigue siendo mi territorio, por lo que habrá consecuencias si comenten más errores —y ya han cometido uno al atacar a Nyari.

—No me gusta en el tono en el que me hablas y a qué te refieres con más errores.

—Es la única forma en la que puedo hablarte y sobre el otro tema, piensa un poco y acertarás.

—Soy tu prometida —recalca.

—Esto es todo lo que tienes para decir —se enfada por mi actitud, pero aún no olvido lo que hizo contra Nyari apenas llegó a Londres, ella y su familia se atrevieron a ir en contra de la mujer que está en mi pent-house y es algo que no dejaré pasar.

Mi móvil vuelve a sonar, esta reunión ha tomado más tiempo del que estimé.

Es Nyari.

Galletas o postre —dice en el mensaje.

—Estamos teniendo una conversación —la segunda hija de la familia Raven se molesta porque atiendo en celular.

—Esta conversación es más importante —señalo mi móvil.

—¿Qué haces? —dice cuando ve que me pongo de pie.

—Responder, es obvio —mascullo con sarcasmo, me alejo del lugar y llamo a Nyari—, ¿galletas o postre? —digo en la línea.

¿Qué eliges?

—Vas a prepararlo.

Elige uno.

—Galletas —elijo.

Postre será —masculla en la línea y sonrío por su respuesta, imaginé qué respondería de esta forma, añade—, Aun sigues ocupado.

—Para ti no.

Cuando regreses puedes traer un poco de helado.

—A esta hora —miro el reloj y es muy tarde para helado.

Sí.

—¿Sabor? —pregunto, aun así, sé la respuesta, chocolate.

Chocolate.

—Sí, te veo pronto, terminaré e iré al pent-house.

Aquí te espero —dice por último y colgamos.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora