CAPÍTULO 14

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Ethan

—Nyari ven aquí —me incorporo quedando sentado en la cama y hago que Nyari siente entre mis piernas— ¿A qué te refieres con que no hay nada definido?

—Es lo que es Ethan —dice mirándome.

—Nyari.

—Es que no lo sé Ethan —habla mientras recorro un mechón de su cabello colocándolo detrás de su oreja.

—Acaso no te he demostrado que esto es real —sujeto su mano y la pongo en mi pecho.

—Claro que lo has hecho, lo haces todos los días, incluso lo haces en este momento.

—¿Entonces qué es lo que ocurre?

—Es que Ethan...

—¿Tienes miedo? —pregunto mirándola.

—Sí —confiesa y me abraza ocultando su rostro.

—¿Qué es lo que te asusta? —la envuelvo en mis brazos— ¿Te asusta que nos vean juntos?

—No.

—Dime lo que te asusta —no dejo de abrazarla.

—¿Qué pasa si tus padres no me aceptan? —dice y hago que me mire.

—Nyari —sonrío para ella—, ellos serán los primeros en aceptarte, te aman.

Nyari me abraza con fuerza.

—Eso no es lo único que me asusta —confiesa y levanto su barbilla para que me mire.

—Dime todo ¿Qué es lo que está asustando?

—No lo sé —responde—, siento que algo no está bien, pero no sé qué es.

—Yo te protejo Nyari.

—Lo sé, sé que lo haces. 

—Nyari —digo y ella me mira.

—Hum.

—Dame un beso —digo, sonríe y lo hace.

—Es la primera vez que hago algo así —habla Nyari y sé que se refiere a lo que ocurre entre ambos.

—También es mi primera vez Nyari, es normal que te sientas de esa forma.

—Ethan —ella me mira y besa mis labios.

—Nyari no hay palabras para definir lo que somos —Nyari me sonríe mientras hablo mirándola.

—"Somos únicos" —afirma sonriente.

—Eso es indudable —respondo.

Nyari vuelve a abrazarme y yo a ella. 

Hago que me mire después de unos minutos.

—Esto es tuyo Nyari —vuelvo a hacer que toque mi pecho— Eres su única dueña.

—Eres mío Ethan.

—Eres mía Nyari.

—Ya no entraré en pánico —dice contra mis labios y acaricio su barbilla.

—Si no te sientes preparada para que nos vean juntos...

—Ethan —me interrumpe— muchas personas ya nos han visto juntos, eso no me incómoda.

—Entonces...

—Ya no soltaré tu mano —asegura.

—¿Puedo ser afectuoso contigo en público?

—Sí, quiero que me des besitos, sujetes mi mano y me abraces sin importar quién esté mirando.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora