CAPÍTULO 47

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Nyari

Llevamos casi dieciséis horas de vuelo y esto es algo cansado, aterrizaremos a las 18:00 horas de Praga por lo que el sol se estará ocultando.

—Supongo que es un lugar demasiado lejos, llevamos demasiadas horas en este avión —se queja Alina—, a dónde es que vamos realmente.

—A un lugar seguro —respondo con los ojos cerrados— ya te lo había dicho.

—¿De verdad es seguro ese lugar?

—Lo es.

Pronto aterrizaremos, abrochamos nuestros cinturones y avión comienza a descender hasta aterrizar.

El avión se detiene, desabrocho mi cinturón, me levanto de mi asiento.

—Vamos —digo hacia Paul y Alina—, es momento de que conozcan el lugar seguro que tanta curiosidad les causa.

Bajamos del avión y tanto Alina como Paul miran el lugar tratando de reconocer, miran la bandera y deducen donde estamos.

—Este lugar es... la República Checa.

—Si, estamos en la capital.

—Praga —habla Alina mirándome.

—Cuando dijiste que es un lugar seguro, te referías a que los ancianos no tienen jurisdicción aquí —menciona Paul.

—Sí —respondo y miro mi celular, no hay ninguna llamada o mensaje de Ethan.

—Señorita Nyari —se acerca el encargado de la pista.

—¿Hay alguna noticia de Ethan? —pregunto.

—No, no hay ninguna noticia aún.

—De acuerdo —digo y me entrega un mapa.

No es necesario que lo lea, únicamente explicaré algo sencillo.

—Aquí no es necesario tener todo el tiempo un escuadrón de seguridad —digo hacia Alina y Paul ambos vinieron con varios de sus hombres de confianza— pueden moverse en los alrededores con libertad siempre y cuando este dentro del perímetro.

Extiendo el mapa sobre el cofre de la camioneta.

—Este es el mapa de Praga, toda esta zona —señalo con mi mano— en rojo es segura, fuera de esa línea no puedo garantizar su seguridad. Hay una superficie aproximada de 496,06 km² lo equivalente a 191,53 mi² —señalo la línea de color rojo— toda esta línea marca una distancia aproximada de 128,36 km o 79,76 mi.

—No está nada mal.

—Y actualmente estamos aquí —señalo la pista en la que aterrizamos.

—Estamos en uno de los bordes.

—Sí —recojo el mapa— es un obsequio para ustedes —les doy el mapa—, ahora los llevaran a una casa para que descansen.

—No vendrás con nosotros.

—Lo haré, pero tengo otros asuntos, no se preocupen somos vecinos.

Menciono y los veo abordar una de las camionetas y sus hombres abordan otras.

Mi móvil vibra, reviso y es un mensaje de Ethan.

Llegaré a Praga a las 20:00 horas.

Ethan llegará en dos horas, tengo tiempo suficiente para hablar con Denzel, sé que seguramente ya sabe del compromiso, aun así, quiero decírselo personalmente.

Hay una camioneta disponible, me entregan las llaves y conduzco a la casa de Denzel que está prácticamente a 6 casas de la casa en la que vivo con Ethan.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora