CAPÍTULO 6

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Ethan

Se supone que me iría antes de que Nyari despertara, pero realmente me quedé dormido.

Ella sigue en la cama a centímetros de mí, mi mano izquierda esta sobre su espalda y la palma de mi mano derecha en su mejilla.

Cuando mencioné lo del beso, no creí que ella realmente estuviera dispuesta a hacerlo, pero lo hizo y ese resultado me gustó.

—Ethan —dice cortando el beso y mirándome, ella me besó primero y luego lo hice yo, algo de lo que no me arrepiento.

Cuando ella despertó y preguntó el motivo por el que estaba en su cama, me sorprendió, es algo que no puedo negar.

En mis planes no estaba que Nyari se diera cuenta de que pasé la noche junto a ella.

Ayer vi las gotas en su buro, pero parece que no las tomó, eso fue algo que no calculé, aun así, ya admití que me gustó la forma que se dieron las cosas.

—¿Qué es todo esto? —cuestiona, analizo su mirada, pero algo tiene que es diferente, es cómo si realmente no supiera lo que hacemos, y a decir verdad tampoco lo sé, pero no quiero parar.

—¿No te gusta? —pregunto dando la vuelta haciendo que Nyari quede bajo la mitad de mi cuerpo. Mi mano acaricia su barbilla.

—Eso no fue lo que pregunté —menciona.

—Y quieres saberlo.

—De otra forma no habría preguntado.

Acerco mi rostro para dejar un beso en sus labios...

—Detente —coloca su mano en mi pecho.

—¿Por qué? —sigo mirando sus ojos.

Parece tan lejano, pero al mismo tiempo cercano cuando ambos despertábamos en la misma cama juntos y abrazados.

—Porque no sabemos que significa esto —expresa sin dejar de mirarme.

—De acuerdo —accedo a detenerme por hoy, no obstante, me acerco un poco más y dejo un beso en su mejilla.

Ella dio un paso y puedo apostar que sus acciones le sorprendieron y ahora no sabe que hacer o decir.

Cuando entré en su cama anoche después de esperar un tiempo considerable en el que se quedara dormida, a los segundos que mi cuerpo entró en la cama y mis brazos la envolvieron, su cuerpo correspondió de forma inconsciente.

Despertó y estaba muy sorprendida por verme a su lado, aún más sorprendida porque sus brazos me envolvían y yo hacía lo mismo, algo que de solo recordar causa una sonrisa en mi rostro.

—¿Por qué sonríes? —pregunta Nyari, giro a mirarla y ella me estaba mirando.

—No lo sé —bueno, si lo sé, pero no se lo diré.

—Mierda —se exalta incorporándose.

—¿Qué ocurre? —digo por su cambio de actitud.

—La reunión —menciona saliendo de la cama, me saca una sonrisa el hecho de que aun usa los calcetines que le obsequié.

—Cierto —mencionó algo sobre una reunión hace unos minutos—. Nyari —digo su nombre y gira a mirarme.

—Hum —tomo su brazo y la llevo devuelta a la cama quedando sobre ella.

—Ethan —habla—, es tarde —mira hacia el reloj.

—No lo creo —afirmo mirándola con seriedad a los ojos, ojos que no dejan de deslumbrarme.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora