EPÍLOGO

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"Una llama fue encendida y un corazón fue consumido por el  ardiente fuego, las cenizas del orgullo se desvanecieron y un te amo desató el infierno".

Hay historias que son vividas y otras que son contadas, pero a veces que es preferible ¿una historia contada y no vivida o una historia vivida y no contada?

La realidad es que todo depende de la historia, nadie quiere escarmentar el dolor y la pena del sufrimiento en carne propia, prefieren solo escuchar la historia, sin embargo, cuando la historia que es contada es sobre una vida de ensueño donde hay amor, deseo y pasión, cuando lo que es escuchado se trata de todo lo bueno que puede ocurrir en la vida de alguien y el dolor solo es una ilusión. Así que todo depende de la historia para elegir.

Pero existen personas que sin importar lo que ocurra o lo que suceda en su historia siempre van a elegir vivirla porque eso significa que son conscientes de la existencia, atravesar el dolor es la única forma de saber y sentir lo que es realmente la felicidad antes de eso no se puede apreciar con sinceridad.

Se dice que hay vidas y amores que son entrelazados y otros que jamás llegan a entrelazarse, pero cuando dos miradas se encuentran y un pequeño cambio se produce, es suficiente para cambiarlo todo.

Es cierto que el orgullo en una persona es peligroso y aún más cuando un corazón es herido, pero la tenacidad en ocasiones puede vencer hasta

—¿Qué se supone que haces? —dice Nyari mirándome.

—Dormir —respondo con los ojos cerrados.

—¿Cómo puedes estar durmiendo en estas circunstancias? —dice algo exasperada.

—¿Qué circunstancias? —cuestiono.

—Tenemos que alistarnos.

—¿Para qué?

—Tenemos que ir a la cena con Martha y Elliot.

—¿Es necesario hacerlo?

—Ethan —reprende Nyari, abro los ojos, me levanto de la cama, envuelvo su cuerpo y la derribo sobre la misma, sujeto sus muñecas con fuerza y subo sobre su cuerpo aprisionando su cadera con mis rodillas a cada lado.

—Tu voz es muy ruidosa —mascullo mirándola.

—¿Cómo te atreves? —dice ofendida y beso sus labios.

—No te preocupes —digo contra sus labios—, llegaremos a la cena y lo haremos a tiempo.

—¡Me dijiste ruidosa! —reclama y comienza a moverse con fuerza, su mano izquierda se zafa de mi agarre y golpea mi hombro, se zafa de mi agarre en su otra muñeca, ejerce demasiada fuerza y logra invertir los papeles, sube sobre mí y veo sus brazos acercarse a mí con demasiada fuerza, creo que realmente se ofendió.

—Te amo —afirmo y Nyari detiene su brazo en el aire.

—Crees que eso evitará que —sujeto sus brazos—, suéltame —exige.

—Te amo —repito.

—Detente —dice.

—Te amo.

—Basta, deja de decir que me amas.

—¿Por qué debería dejar de decirlo? Si te amo con todo mi ser.

—Dije que te detengas —ordena y dejo de ejercer fuerza en sus muñecas lo que causa que ella caiga sobre mi pecho, la envuelvo con mis brazos sin ejercer demasiada fuerza.

—Tu voz es encantadora.

—Dijiste que...

—Sé lo que dije, pero tú sabes que solo fue para molestarte.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora