CAPÍTULO 2

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Nyari

Mi departamento vuelve a sentirse como en un principio, demasiado grande y vacío. Estoy junto a la ventana que da al balcón, he recorrido las cortinas por completo, no me gusta ver la nieve caer. Lo único que hay de luz, es una lampara junto a la cama.

Me recargo en el cristal y dejo que mi cuerpo se deslice hasta llegar al suelo, mis rodillas, quedan pegadas a mi pecho.

—No hay nadie, él, no está aquí, no está a mi lado.

Belenus y Kiara, entran a mi habitación, se acercan, extiendo mis piernas y ambos acurrucan su cabeza en mis piernas.

—¿Qué es esto? ¿Qué me ocurre? ¿Qué estoy diciendo? —acaricio a ambos, son mis pequeños.

—Son tan hermosos, ustedes si están aquí —digo tratando de formular una sonrisa.

Maya ha llamado desde lo ocurrido en Rusia, no he respondido sus llamadas, no estoy en condiciones de hacerlo.

Ella también tiene sus propios conflictos, de hecho, estoy pensando en ir a visitarla, me preocupa, todo lo que ocurrió.

Los ataques a Ostin y a Mikel, no eran normales, solo son unos niños, voy a visitarlos pronto, pero por ahora debo ir a otro lugar.

—¿Qué les parece un viaje conmigo? —Kia, pega un pequeño ladrido y Nus mueve su colita. Me incorporo.

—Bien, ya que ambos están de acuerdo, hagamos un viaje, pero primero, llamaré a Denzel ¿Les he hablado de él antes? Creo que no, pero es el hombre que me crío al igual que a mi hermano después de la muerte de papá y mamá, en ocasiones me reprendía demasiado, pero siempre estuvo para ambos —busco mi móvil y llamo a Denzel.

—Viajaré y debes venir conmigo.

Te espero en la pista. —dice al otro lado de la línea.

Empaco lo que necesito, al igual que hago una pequeña maleta para Nus y Kia. Termino de empacar.

—Vamos —los llamo a ambos y ladran hacia la cama, como si buscaran a Ethan—, vengan, es hora de irnos.

Vuelven a ladrar, me inclino hacia ambos y los acaricio.

—Ethan, no vendrá con nosotros —Nus, me ladra—, lo verán cuando volvamos, pero ahora debemos salir.

Ambos obedecen y salimos, han crecido un poco y es más difícil ocultarlos a ambos, pero me las ingenio para hacerlo.

Subimos al auto y conduzco a la pista. Denzel, ya espera en el jet. Bajamos del auto y subo con los cachorros al jet.

Denzel, me ve y me da un abrazo que correspondo. Nus y Kia, le ladran.

—¿Estás bien? —cuestiona de inmediato.

—Sí —respondo y me analiza—, basta —le digo a Nus y Kia, quiénes siguen ladrando—, él, es Denzel de quién les hablé.

—Debí internarte en un psiquiátrico hace mucho —me suelta Denzel.

—Parece que estoy escuchando a Maya.

—Escuché que tiene problemas en su clan —comenta Denzel.

—Sí, me preocupa lo que está sucediendo.

—Y Ethan ¿no vendrá? —inquiere Denzel.

—¿Quién?

—El hombre con el que duermes todas las noches —habla con obviedad.

—No era necesario recalcar eso —expongo.

Ethan: El Peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora