Capítulo 6

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-¡Esto es el colmo! ¡¿Cómo es posible que seas tan imprudente?! ¡Siempre haces las cosas más estúpidas!

Miraba por la ventana del auto mientras mamá me gritaba y papá conducía en silencio. No le prestaba atención, tampoco me importaba el que me hubieran descubierto.

-Marie... Será mejor que te calmes y...

-¡¿Qué dices?! ¡¿No eres consciente de la situación, Jhon?! ¡Encontraron a tu hija, fugada de casa, allanando un parque de diversiones con un chico desconocido! Y Dios sabe que otras barbaridades hizo con ese chico antes de ser encontrados...

Rodé los ojos pero me mantuve en silencio.

-No servirá de nada gritarle ahora, hablaré con ella cuando lleguemos a casa...

-¡Siempre dices eso pero nunca lo haces! ¡Ella termina haciendo lo que quiere y tú no le dices nada!

-Marie...

-¡No, Jhon! ¡Esta vez no! ¡Siempre me dejas sola con esa niña malcriada que ni siquiera es...!

-¡Marie! —le reprende mi padre apartando la vista del camino.

-¡Papá! -grité con advertencia pero fue tarde.

Las luces nos encandilaron por completo dejándonos sin visión, solo pude escuchar el sonido del bozinado de aquel camión antes de sentir el gran golpe. Apreté contra mí el lobo de peluche pero todo daba vueltas, el cuerpo me dolía por todos los golpes hasta que todo se detuvo por otro fuerte golpe por el lado izquierdo, apenas podía abrir los ojos pero lo hice, quería gritar, quería reaccionar como quería...

-Papá...

Apenas pude murmurar luego de ver como una rama atravesaba el vidrio de mi padre. El olor a sangre me hizo marear, quería vomitar ahí mismo, intenté moverme pero el cuerpo me dolía tanto que no pude hacerlo. Algo líquido caía por mi frente, pero no le hice caso. Fue como desmayarme por un instante antes de escuchar las sirenas de la ambulancia que parecían lejanas, gracias a todo el silencio que hacía podía oírlas, pero ni siquiera pude escuchar cuando se acercó porque ya me había quedado inconsciente más tiempo.

***

***

Jamás había asistido a un evento tan trágico como lo era un funeral, y sinceramente... no quería hacerlo ahora, mucho menos sabiendo que era el funeral de mi propio padre, al que yo había matado. O eso era lo que mi mamá y Jena repetían todo el tiempo.

Abracé el lobo de peluche contra mis piernas mientras enterraba mi rostro en mis rodillas y trataba de ahogar los sollozos. Todos estaban en el funeral de mi padre pero yo no fui capaz de ir, no podía... me sentía tan mal y culpable que no pude aparecer allí.

No podía sacar de mi cabeza aquel momento en el hospital, cuando desperté, luego de un par de semanas inconsciente. No podía caminar, estaba débil. Pregunté por mi papá, pero mi madre fue quien fríamente y con rabia me gritó que yo lo había asesinado, que había sido mi culpa que mi padre haya muerto. Que era una asesina...

-No, no, no... ¡No lo soy! -me agarré del cabello y pataleé mientras trataba de apartar esos pensamientos.

Había perdido a la única persona que me hacía feliz, que conseguía hacerme sentir mejor hasta el momento de su partida, pero que sabía que en el algún momento iba a regresar. Pero ahora ya no era de ese modo... él ya no estaba...

Me senté en mi cama y miré el peluche que ahora estaba en el suelo luego de mi rabieta. Me estiré para alcanzarlo y lo atraje de nuevo hasta mí, lo abracé como si esta cosa fuera a consolarme. No lo hizo, claramente, pero me hizo recordar a Adler... Cuando me salvó de mi intento de quitarme la vida, y luego cuando me llevó a la feria. Los recuerdos con él, aunque sean pocos, me hicieron distraer de la realidad, al menos por un segundo.

Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse, me levanté sin saber qué pretendía hacer. Solo sé que mis pies me guiaron hasta abajo, pero no terminé de bajar las escaleras cuando escuché a mamá y Jena.

-¿Ahora que haremos, mamá? Por culpa de la estúpida de Keira... papá no está...

-Saldremos adelante, lo haremos, no te preocupes cariño...

Ambas se abrazan, un abrazo que se nota reconfortante y cálido para ambas... pero yo seguía sintiendo tanto frío.

-No es justo... Esa adoptada ni siquiera es mi hermana, ¿por qué papá tuvo que traerla? ¿Por qué...?

¿Ah...? Casi caía de las escaleras por aquella sorpresa. Pero hice ruido, así que ambas se separaron y me miraron molestas.

-Así que estabas escuchando... -mamá se seca las lágrimas.

-¿E..Es cierto eso...? -pregunté.

-Ya no tengo porqué guardar silencio... -mamá suspira-. Sí, eres una maldita adoptada. Jhon era un gran hombre que no resistió ver como tu madre moría mientras cargaba con una bebé de un año, sin un padre.

-P..Pero... no puede ser...

-Lo es. No eres mi hija, jamás lo serás. Nunca podría tener a una asesina como hija...

Volví a sollozar, corrí a mi habitación y me encerré allí, caí al suelo apoyando mi espalda por la puerta y volví a abrazar mis rodillas junto al peluche. Quería gritar, golpear algo, descargarme... pero solo me quedé llorando en el suelo hasta quedar inconsciente y con la cabeza doliendo.

No quería seguir pensando, ni seguir llorando, estaba tan cansada para siquiera hacer eso que solo quería dormir y no volver a despertar porque sabía que me esperaba un peor infierno de lo que vivía antes de que papá muriese... Solo esperaba que en algún momento esto mejorara o no podré soportarlo, y esta vez no creo que Adler aparezca para ayudarme una segunda vez cuando lo haga.

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora