Capítulo 12

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Estaba paralizada, sin poder creer lo que Chris mencionaba. Incluso... hasta estaba enojada.

-Te tiraré del balcón, fue todo.

Lo empujé apoyando mis manos en su pecho pero él agarra mis muñecas, está vez sin fuerza para no lastimarme, y entra a mi habitación cerrando la puerta tras de él.

-Chris, sal de aquí.

-Keira, yo... -parece notar que traía la chaqueta de un chico puesta-. ¿Es de ese imbécil...?

-No le digas así, el imbécil aquí eres tú.

Él cierra los ojos y suspira, yo me cubrí con la chaqueta de Adler y me crucé de brazos. ¿Debería dejar que hable? Siento que debo hacerlo, pero no quiero... ¿y si miente?

-Te prometo que no volveré a molestarte, solo... déjame hablar, ni siquiera tienes que responder, solo escucharme. ¿Está bien?

Aparté la mirada mientras lo pensaba un momento, diría que no y lo echaría de aquí, pero la curiosidad de lo que tenía por decirme me estaba matando. Resoplé molesta y asentí volviendo a verlo. Me senté en mi cama y él en la silla donde anteriormente estaba yo sentada, y se acerca a mí.

-Mira, Keira... yo realmente no quería que lo nuestro terminara, te lo juro. Estaba tan feliz contigo... me habías gustado desde hace mucho tiempo, no puedes ni imaginarte lo feliz que estuve cuando aceptaste ser mi novia.

-Al grano, Chris. No tengo toda la noche.

Él hace una mueca un segundo antes de suspirar y asentir.

-Tu madre y Jena fueron a hablar conmigo, me amenazaron con hacerte la vida miserable si no te dejaba, y si no me quedaba con Jena...

Quisiera gritarle que era un mentiroso, que no le creía ni una palabra, pero sabía que eso era algo que ellas eran tan capaces de hacer... y no creía que Chris se pudiera inventar algo así si no estaba enterado de cómo me trataban en realidad.

-Claro que me negué, claro que las mandé a ambas a la mierda por decirme que haga algo como eso... pero, cuando empezaste a evitarme supe que algo estaba mal, incluso estabas pálida y más delgada... sabía que era por culpa de esas dos, estaban cumpliendo con lo que prometieron.

Aparté la mirada y abracé mis rodillas contra mi pecho recordando todo aquello, los cables se unían con facilidad, todo encajaba en su historia. Era imposible para mí creer que mentía.

-Así que acepté al fin, esperando que dejaran de hacerte tan difícil la vida... créeme que fue una decisión tan difícil para mí el dejarte y lastimarte de esa forma, no quería. Realmente no quería...

-Pero lo hiciste... y no hizo ningún cambio en nada. Aún así seguías con ella.

-Aunque no lo hayas notado... pude ayudarte, al menos pude hacer que tu vida escolar no fuera tan mierda.

Abrí los ojos de par en par, era verdad que en casa todo era igual, por eso no lo notaba... pero él tenía razón, en la escuela Jena solo actuaba como si yo no existiera. No quería aceptar que fue por causa de Chris, quería seguir culpándolo por lastimarme... Él se levanta de la silla y se arrodilla frente a mí para quedar a mi altura.

-Jena rompió conmigo, ahora nada puede impedir que esté contigo... Quiero una segunda oportunidad, Keira, por favor déjame compensar todo lo que hice.

-¿Cómo piensas hacer eso?

-Ayudándote... déjame estar contigo para cuidarte de Jena, al menos cuando estés fuera de aquí...

-No necesito de ti. Chris.

-Pero yo sí necesito de ti, Keira. Quiero ser capaz de ayudarte... Quiero alejar a Jena de ti directamente; seguir haciendo que tu vida escolar esté en paz.

Acerca su mano hasta mi mejilla queriendo tocarme, pero instintivamente aparté mi rostro ladeando mi cabeza y cerrando los ojos.

-No estoy segura, creo que en lugar de ayudarme, el que me protejas en la escuela hará que aquí sea peor. ¿Pensaste en eso? Jena odiara verte conmigo, e inventará cualquier cosa para que me castiguen.

Su rostro cambia, dejándome en claro que yo tengo razón, él no ha pensado en esa parte. Se aleja para volver a sentarse en la silla frente a mí y suspira masajeando su frente.

-¿Qué puedo hacer? Quiero que me perdones por todo, Keira.

-No sé si pueda hacerlo, tuviste buenas intenciones si lo que dijiste es cierto... pero no fue la manera correcta.

-Quisiera volver en el tiempo y arreglar todo esto...

-Pues no es posible.

Me levanté y abrí la puerta del balcón para señalarle que se fuera.

-Es muy tarde, Chris, será mejor que te vayas.

Resopla y mira a todos lados, encontrándose con mi escritorio y notando la pila de cosas que eran de Jena. Se acerca a estas y las observa.

-Aquella vez también hiciste su tarea...

-Chris...

-Keira, debes detener todo esto. No es justo para ti.

Me crucé de brazos bajando la cabeza.

-Lo sé... pero, ¿qué puedo hacer? Si no lo hago me echan de la casa.

-¿Por está mierda? -deja de golpe el cuaderno de Jena y se me acerca-. Keira debes hacer algo, denuncialas, algo... no puedes vivir de este modo.

Me sobresalté cuando sus manos acariciaron mis brazos, pero era cálido... No me aparté.

-Si incluso por levantar un poco la voz me llevo la peor parte...

Sentí que acarició mi mejilla, en donde tenía el corte. Si antes no ha demostrado verlo, estaba segura que sí lo había notado.

-Debes hacerlo... así podrás salir de esto.

-No puedo... tengo miedo, Chris.

Mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y mi voz se cortó. Pronto fui rodeada por sus brazos y él me estrechó contra su cuerpo. Sollocé abrazándolo finalmente, ya no importaba nada, necesitaba esto desde hace tiempo. Me aferré a su remera mientras él acariciaba mi cabello, hasta que me carga; no me opuse, dejé que me llevara hasta la cama y se sentó en esta conmigo en su regazo. Escondí mi rostro en el hueco de su cuello y seguí sollozando.

Nunca creí que el primero en consolarme sabiendo las razones por las que lloraba... sería Chris, hasta llegué a pensar en Alder en su lugar, o en Naya... pero al parecer el universo quiso darle la vuelta al asunto.

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora